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- 12.09.2017
SERVICIOS
Casi no existen baños públicos en la Ciudad
La casi nula existencia de baños públicos en la Ciudad de Buenos Aires complica a vecinos y turistas. Proponen instalar nuevos en parques de más de 50.000 m2; la mayoría de los locales gastronómicos no permite usar sus sanitarios, aunque es obligatorio.
Vecinos y turistas que recorren la Ciudad padecen la falta de baños públicos en Buenos Aires. La necesidad de sanitarios se multiplica, sobre todo en los grandes parques públicos que concentran gran cantidad de personas en un mismo día; según datos oficiales, 400.000 personas visitan los espacios verdes cada fin de semana en promedio. También se siente más en puntos turísticos como Caminito, en La Boca, y en el microcentro porteño, donde confluyen miles de peatones durante los días hábiles, informa La Nación.
Aún en los sitios turísticos donde funcionan dispositivos químicos, el uso se vuelve dificultoso por el escaso mantenimiento de la limpieza. Shoppings o galerías comerciales, hamburgueserías y estaciones de servicios surgen como otras opciones gratuitas.
Miriam Reynoso pasó un mal momento cuando fue con su familia a los bosques de Palermo y necesitó de un sanitario. "Los baños químicos no se podían usar porque estaban muy sucios. Para encontrar los sanitarios que hay de material tuve que caminar bastante; cuando llegué, había mucha gente esperando y la empleada nos decía que a las 17 cerraba", recordó a La Nación.
El Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño respondió a La Nación que no tiene ningún plan en carpeta para revertir el déficit de baños públicos, en la Legislatura la diputada peronista María Rosa Muiños presentó el mes pasado un proyecto para imponer "la obligación de colocar en la totalidad de los espacios verdes con superficies de más de 50.000 m2 sanitarios accesibles al público general". Se suma a otro firmado por Diego García de García Vilas (Vamos Juntos) en 2016.
Hoy, la alternativa más viable para quien necesita usar un baño durante un paseo es realizar una consumición en un local gastronómico, pese a que una ordenanza local autoriza el uso de las instalaciones sanitarias a quien no sea cliente, pero esto muchas veces no se cumple.
En otras ciudades del mundo, como París, Londres, Budapest y Berlín, existen cabinas públicas que cuentan con inodoro, lavatorio y espejo. En muchas de esas ciudades, los principales usuarios son los turistas.
"Las mujeres sufrimos mucho más la falta de baños públicos. Personalmente, para elegir a dónde ir a pasar un rato ameno pienso si hay baños cerca y en qué condiciones", relató Miriam Reynoso.
Alexis, encargado de un restaurante del Paseo de la Infanta, admite que dejó de permitir el ingreso a la gente para el uso de los baños hace unos 20 días, al sacar la cuenta de lo que le demandaba mantener los sanitarios limpios al terminar cada fin de semana. "Me sale $ 5000 la compra de papel, servilletas y jabón. Además, los empleados que se tienen que hacer cargo de limpiar los baños, que muchas veces no son cuidados por la gente a la que permitimos entrar sin consumir y deja el lugar muy sucio", resaltó a La Nación.
Los sanitarios de los Bosques de Palermo abren de 8 a 17 horas. Ana, una turista brasileña, consideró que "es muy importante" la existencia de este tipo de baños porque las jornadas de paseo son extensas. "El domingo estuvimos paseando por Caminito y allí había baños químicos, pero no quise usarlos porque estaban sucios", relató sobre su visita.
También se percibe la carencia de baños públicos en el microcentro porteño, donde los peatones deben recurrir a lugares estratégicos y conocidos previamente, como las galerías comerciales o los locales de las casas de comidas rápidas, que no exigen la consumición de algún producto para acceder al sanitario.
Sin embargo, la mayoría de los restaurantes y bares porteños cuenta en su entrada con un cartel que advierte que "los baños son de uso exclusivo de los clientes", lo cual desalienta al caminante que busca con urgencia un sanitario o lo obliga a pedir alguna consumición.
Esta prohibición infringe una ordenanza de 1993 del entonces Concejo Deliberante que ordena "al Departamento Ejecutivo que exija a los propietarios de confiterías, bares, restaurantes y salones de té que liberen el uso de las instalaciones sanitarias para toda aquella persona que así lo solicite, haya o no efectuado consumición".
Sergio Nievas, encargado del restaurante de Perú 86, sostuvo a La Nación que "No somos discriminadores, pero los días de movilización a la Plaza de Mayo no se deja entrar; después, los otros días no tenemos problema". Daniel, uno de los mozos, precisó: "Acá no se niega, pero se pide a la gente que por favor cuide las instalaciones, porque después de usarlo vienen otras personas, a quienes hay que dejarles el baño limpio".
El diputado de Evolución Juan Francisco Nosiglia impulsa un proyecto para que en las entradas de bares y restaurantes haya un cartel con la leyenda "Instalaciones sanitarias para toda persona que así lo solicite, efectúe o no consumición", recordatorio de la ordenanza vigente que pocos respetan.
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