COMUNA 4

Vecinos y socios del club Darling se oponen a las torres en La Boca

El club Darling, que tiene 100 años en la zona, perdería parte de las tierras que ahora le alquila al Gobierno de la Ciudad, si se construyen las torres de Catalinas Sur 2.


El jueves de la semana pasada, se aprobó en la Legislatura, en primera lectura, el proyecto oficial para Catalinas Sur. Para los vecinos y organizaciones de La Boca esta resolución amenaza con cambiar la fisonomía del barrio.
 
Con casi cien años de existencia y 750 socios, el Darling Tennis Club podría perder una parte de sus tierras. La entidad deportiva y social que se autofinancia, tiene acceso por Brasil 50, y es vecina de un predio de tres hectáreas en el que está previsto un nuevo desarrollo inmobiliario, con la anuencia de la Legislatura porteña
 
El asunto es complejo y angustiante para directivos y socios, ya que unos 800 metros de esas tres hectáreas hoy están ocupados, de forma legal y alquiler de por medio, por el Darling. "Por 1977 ese terreno era un baldío. Entonces nosotros hablamos con la gente de Puertos, a quien pertenece la tierra (hoy englobada en la Agencia de Administración de Bienes del Estado), y les ofrecimos alquilarlo y ponerlo en valor", cuenta a Clarín Daniel Calabrese, presidente desde 2015 y socio de toda la vida.
 
Ese pacto comercial se mantiene hasta ahora, con un alquiler mensual de 1.200 dólares, aunque de avanzar la ley de rezonificación de esas tierras en la Legislatura, y convalidarse un acuerdo de transferencia firmado entre la AABE y el Gobierno porteño, podría rescindirse.
 
En esa parte del club funciona el centro de alto rendimiento, el gimnasio, canchas de fútbol, un espacio para tomar sol y el estacionamiento. Además, el 20% de los árboles que forestan el lugar (320 en total) están plantados en ese sector. Son eucaliptos, cedros, álamos y un roble tan antiguo como la institución.
 
"Lo que queremos es que respeten la ley nacional 27.098 de promoción de clubes de barrio y pueblo, que en su artículo 18 exige expresamente que se asegure el derecho a la propiedad para aquellos que tengan sus sedes construidas sobre terrenos fiscales. Es una normativa que creemos los legisladores desconocían al momento de tratar la rezonificiación. Porque una ley de la Ciudad no puede ir contra una nacional", explica Calabrese.
 
En el Darling trabajan 22 personas, y casi la mitad lo hace sobre el terreno en conflicto. También ahí se concentra el grueso de las actividades deportivas para los socios más jóvenes.
 
"Somos unos diez, y los chicos son con los que más trabajamos. Además, el lugar más cercano para entrenar a este nivel lo tenés a seis kilómetros. Después está el impacto ambiental, levantan edificios y las canchas te quedan sin luz y se llenan de viento. Y los pibes que no son socios y el club les permite venir a entrenar, ¿a dónde van?", declaran a Clarín Cinthia Conti, Natalia Grisolia y Luciano Cabeiro, directora y entrenadores del centro de alto rendimiento.
 
"Este es un lugar de encuentro en medio de la Ciudad, un espacio donde se preserva la tradición, que ahora está amenazada por un interés capitalista", dijo a Clarín Humberto Morgan, socio hace 37 años. "Si se pierde ese espacio, el club también va a perder muchos socios, sobre todo chicos que no van a tener donde estar", sumó Pascual de Genaro, socio hace 28 años.
 
En los próximos días la Comisión Directiva del club presentará ante la AABE un informe señalando la ley que los protege, y solicitando la titularidad del terreno, ya sea por cesión o por venta, para incorporarlo al patrimonio físico de la institución.
 
Una docena de organizaciones le enviaron una carta al jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, para que la Audiencia Pública, que obligatoriamente tiene que hacerse antes de la segunda votación en la Legislatura, se realice en el propio barrio y en un horario que facilite la asistencia de los vecinos.
 
"Reclamamos que los vecinos tengamos espacio para expresarnos en la Audiencia Pública porque estamos hablando de un proyecto que pueden cambiar la calidad de vida del barrio", expresó a Letra P Luciana Rizzi, una vecina de Catalinas Sur. Los vecinos proponen que la audiencia se lleve a cabo en la Usina del Arte, el Teatro de la Ribera o en la Escuela Carlos Della Penna, todos estos edificios públicos cercanos a los terrenos en cuestión.
 
La carta está firmada por miembros de la Comisión Directiva del club Darling, la asociación cooperadora del colegio público de Catalinas Sur, el Galpón Cultural de Catalinas y la comunera del Frente para la Victoria Victoria Colombo.
 
"Nuestra principal impugnación es que el proyecto rompe totalmente la trama urbana del barrio porque van a construir 150.000 metros cuadrados en dos hectáreas y media, cuando todo Catalinas tiene 140.000 metros construidos" , denunció Rizzi.
 
Otra de las demandas que van a presentar durante los próximos días ante las autoridades de la Legislatura es el pedido para abrir una mesa de negociación que reúnan las organizaciones barriales y a las autoridades para alcanzar un consenso.
 

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