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- 05.10.2017
COMUNA 15
Reabre la Casa de la Lectura en Villa Crespo con nuevas propuestas
La Casa de la Lectura, en el barrio de Villa Crespo, tendrá nuevos espacios que incluyen una sala para trabajar, juegos para chicos y un patio para tomarse un descanso.
La Casa de la Lectura, ubicada en Lavalleja 924, en el barrio de Villa Crespo, reabrirá sus puertas mañana viernes, transformada a los nuevos tiempos. Funcionará como un café, tendrá mesas para el co-working, wi-fi, sillones cómodos, máquinas expendedoras de bebidas y salas diferenciadas: la silenciosa convivirá con otras en las que los vecinos podrán realizar reuniones de trabajo sin necesidad de pagar, informa Clarín.
Esta biblioteca pública depende del Gobierno de la Ciudad y reabrirá después de una refacción integral. En países de Europa este tipo de espacios se están reconvirtiendo, el concepto pasa por generar puntos de encuentro urbano que faciliten el acceso a la lectura. La refacción comenzó a fines de junio y costó tres millones de pesos, con fondos del Ministerio de Cultura porteño.
“Se redefinió toda la superficie de 500 metros cuadrados, luego de consultas con vecinos del barrio y especialistas de Iber Bibliotecas, el programa de la UNESCO para bibliotecas públicas”, explicó a Clarín Javier Martínez, al frente de la Dirección General del Libro, Bibliotecas y Promoción de la Lectura. “Ganó en luminosidad y en funcionalidad; va a ser un espacio de consulta y de trabajo sin la necesidad de pagar consumiciones, como ocurre en lugares privados”, señaló el funcionario.
La Casa de la Lectura cuenta con 6.300 libros, fundamentalmente de literatura contemporánea. Mil de ellos se compraron recientemente. Pero también habrá sectores de esparcimiento, lockers de uso público, dos máquinas de café que se podrán utilizar con la tarjeta SUBE y dispensers de agua para el termo o para refrescarse.
Entre las novedades, la Casa de la Lectura tendrá un espacio infantil de 20 metros cuadrados. Allí, junto con los libros orientados a los más chicos, habrá juegos didácticos. En ese reducto, funcionará además una pantalla táctil con recomendaciones de libros y trivias literarias.
El auditorio, al fondo de la planta baja, pasa a ser una “sala flexible” de 120 metros cuadrados. Antes sólo se usaba cuando se presentaban charlas. Integrada al hall de entrada, estará también disponible para la lectura en los momentos en que no se presenten actividades especiales, con butacas que se reacomodan según las necesidades del día. En la planta superior, la sala de lectura silenciosa contará con seis computadoras de uso gratuito.
“Se pensó un esquema de diferentes sectores”, adelantó Martínez. En ese sentido, en el fondo de la planta baja hay un patio con bancos y una pequeña terraza en la planta superior. Una de las ideas es que la gente pueda combinar distintas actividades durante su permanencia.
Entre los trabajos de mejora, se cuentan los cambios en la fachada. Se agrandaron los ventanales: antes estaban a dos metros del piso y generaban un hall de entrada oscuro. Ahora, se ampliaron y se llevaron casi al nivel del suelo para permitir un generoso ingreso de luz y que el clima interior sea visible desde la calle. Ese primer sector, con una gran puerta vidriada, será similar a un living donde además habrá una gran mesa para instalarse con dispositivos electrónicos.
En el marco de la obra, además, se acondicionaron los techos y rediseñaron los desagües para evitar filtraciones. También instalaron aparatos de aire acondicionado en los salones y renovaron los tres baños; el de personas con capacidades diferentes se llevó a la planta baja y se recuperó el ascensor, que hasta el inicio de la obra no estaba en funcionamiento.
En los próximos días se lanzará un ciclo de talleres y charlas con autores como Federico Jeanmaire. Si bien los lectores podrán acceder desde mañana, la inauguración oficial será a fin de mes.
Martínez explicó, que este año se destinaron 300 mil pesos a la compra de libros, una cantidad algo mayor a la de 2016. Un reciente informe de la Auditoría de la Ciudad había señalado que en 2015 el presupuesto asignado se había subejecutado y la Dirección del Libro no había comprado textos. El informe también marcaba problemas edilicios en algunas de las 29 sedes que dependen de la Dirección: entre otras, la José Hernández de Liniers, con “agujeros en el techo que impiden el uso de espacios de la planta alta, por lo que el servicio de consulta en sala se encuentra interrumpido”. También, en otras bibliotecas Antonio Devoto y Miguel Cané.
Martínez informó que están en marcha obras de mejora. En el caso de la biblioteca José Hernández, la que presentaba mayores deficiencias, “se está haciendo una refacción integral que estará lista para inaugurarse en unos 15 días”, explicó.
La Casa de la Lectura contará con una novedad en su reapertura: en el ingreso, una terminal de consulta permitirá acceder a la “biblioteca virtual” gratuita. También podrán acceder al sitio todos los usuarios registrados en las bibliotecas públicas porteñas. Desde el teléfono móvil o la computadora será posible acceder a 600 títulos para “alquilar” y leer en casa o en el living de alguna de las instituciones, bajo una modalidad similar al streaming. El libro no se descarga, sino que se consulta desde una plataforma web. El sistema no sólo tendrá títulos históricos, sino también novedades editoriales.
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