- Opinion
- 22.10.2017
ELECCIONES LEGISLATIVAS
Cincuenta por ciento
Elisa Carrió se consolidó como una figura central en la alianza Cambiemos. Filmus mantiene su caudal histórico, pero lejos de asegurarle una victoria al kirchnerismo. Lousteau, en problemas.
Como explicamos después de las PASO, el macrismo confirmó una vez más su hegemonía en la Ciudad de Buenos Aires, aunque el 50,13 por ciento que obtuvo Carrió en el escrutinio definitivo les implicaba a la vez un motivo de celebración y de preocupación. De festejo, porque lo pone a Larreta muy cerca de conseguir la reelección en 2019 (y él se ocupó, sin ser candidato, de estar en todos los afiches junto a Carrió y acompañarla en su gira televisiva). Y de preocupación porque implica más poder para Lilita. “Si con el 2 por ciento nos fiscalizaba, no me quiero imaginar con el 50 por ciento”, comentaban en la Rosada, donde siempre hubo y habrá un grado de desconfianza hacia la líder de la Coalición Cívica.
Hoy se sabrá si Carrió puede conservar una alta performance electoral o si hay sanción social por sus dichos sobre el caso de Santiago Maldonado.
A esa desconfianza se suma el malestar que no pudieron disimular en el PRO con el abrupto final de campaña de Carrió, regado de frases polémicas sobre un desaparecido en democracia. Primero estuvo la sugerencia de que podía ser un “invento kirchnerista”. Luego, y nada menos que en el debate en TN, Lilita afirmó que había un 20 por ciento de posibilidades de que estuviera “en Chile con la RIM (sic)”. Se refería a la RAM, una supuesta organización terrorista de la que Carrió hacía partícipe a la víctima. Hoy sabemos que eso era falso. El domingo pasado Carrió volvió a decir que tenía razón y que le iban a tener que pedir disculpas. Y finalmente, el martes comparó la temperatura del cuerpo con la de Walt Disney. Fue el final de su campaña, porque levantó todas sus apariciones televisivas, mientras que el macrismo canceló las recorridas que iba a hacer en los últimos dos días. Desde el macrismo aseguraban que ellos no le pidieron que deje de ir a los medios, aunque respiraron aliviados ante la decisión. En el entorno de Carrió, sostuvieron que no han recibido ninguna crítica, aunque el clima que se respira es tenso.
Tan tenso que Carrió protagonizó un estallido de gritos e ira a la salida del estudio de TN donde dio su última nota. La vieron productores de televisión y hasta el candidato de 1País, Sergio Massa, que estaba volviendo del baño y pudo escuchar cómo afirmaba que nadie le iba a decir lo que tenía que decir. Larreta se la perdió porque apenas terminaron de hablar juntos en ese fatídico reportaje, la saludó y se fue raudo por las escaleras, sin esperar el ascensor en el que bajó Carrió, luego de lanzar gritos a diestra y siniestra. El origen de su catarsis había sido un asesor que le comentó cómo la estaban cuestionando en Twitter. Pese a su planteo de que diría lo que quisiera, Carrió no volvió a pisar un estudio de televisión. Volvió a tuitear primero para pedir disculpas a la familia Maldonado y luego para decir que “el mundo político la abandonó”, pero que ella “perdonaba” a lo que “tergiversaron perversamente” sus palabras. La culpa estaba en los otros y ella, como Jesús, perdona todas las ofensas.
En el entorno de Carrió, sostuvieron que no han recibido ninguna crítica, aunque el clima que se respira es tenso.
En medio de ese final destructivo de la campaña, el macrismo encargó una batería de encuestas sobre el caso Maldonado para ver si tendrá impacto electoral. El número de personas que podrían cambiar su voto a partir de eso les dio bajo y respiraron aliviados. No obstante, la tensión con Carrió y su final pírrico de campaña todavía está en el aire y habrá que ver qué consecuencias trae a la hora del armado de los bloques en Diputados y en la Legislatura porteña.
El kirchnerismo, en tanto, tiene menos para perder en esta elección, aunque la distancia de casi 30 puntos que les sacó Carrió no es muy promisoria. En las PASO obtuvieron 391 mil votos, lo que los pone en la media histórica (en las ejecutivas porteñas de 2007: 409 mil votos; y en 2011: 495 mil votos), pero lejos de superar las mejores marcas que tuvieron. El principal problema es en esta elección es para Lousteau, que en primera vuelta de 2015 había llegado a sacar 465 mil votos y ahora cayó a 246 mil votos. En la segunda etapa de la campaña intentó distintas estrategias para combatir la polarización entre macristas y kirchneristas, entre otras pegarle a estos últimos y asociarlos “al pasado”. De todas formas, Lousteau observa que la coincidencia de Carrió como adversaria en la Ciudad y de Cristina Fernández de Kirchner presentándose en provincia es “la tormenta perfecta” para su espacio político. Se verá si la reformulación de la campaña que hizo hacia octubre le da buenos resultados o si queda en un tercer lugar, que lo aleja de su aspiración de ser el principal adversario de Larreta en 2019. Este domingo también habrá que estar atentos a qué ocurre con el emergente del massimo, Matías Tombolini, y con el Frente de Izquierda y los Trabajadores, cuya candidata a legisladora Myriam Bregman superó a la lista de diputados del FIT y quedó en cuarto puesto. Habrá que ver si, como es de esperarse, logra consagrarse legisladora. De ser así, promete darle más de un dolor de cabeza al oficialismo.
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