- Opinion
- 07.01.2018
SUBEN EL SUBTE, LOS TAXIS Y EL ACARREO
Los amigos del aumento
Los incrementos que dispondrá el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, a tono con Nación, benefician a concesionarias que tienen vencido hace años el contrato, como Metrovías, o las dos empresas que monopolizan el negocio de las grúas
La tarifa sigue en aumento, una tendencia que Macri comenzó apenas recibió el subte y que no se ha detenido desde entonces.
Empecemos por el negociado subterráneo. Metrovías consiguió el año pasado una última (¿última?) extensión de su contrato vencido, en este caso por un año. Mientras tanto, el Gobierno porteño promete una licitación internacional para que haya un nuevo concesionario. Entre los interesados está el Metro de Madrid, que ya le vendió chatarra con forma de vagones a Mauricio Macri cuando era jefe de Gobierno (por supuesto, la pagamos por buena, mientras la prensa española se mofaba de la transacción). Pero siempre existe la posibilidad de que Metrovías se quede con el negocio, que hasta ahora está dividido en dos: todo lo que da ganancias del subte (los locales, la publicidad, etcétera) lo maneja una empresa del Grupo Roggio llamada Metronec, así Metrovías puede mostrar que tiene déficit y pedirle más y más subsidios al Gobierno porteño.
Al mismo tiempo, la tarifa sigue en aumento, una tendencia que Macri comenzó apenas recibió el subte y que no se ha detenido desde entonces. Pero a esto se le sumó una incongruencia que nunca se termina de explicar: ahora que la tarifa del subte y los colectivos está en manos de gobiernos del PRO, se empecinan en mantener precios diferenciados de pasajes, con el subte siempre un poco más caro. Por eso, el subte subirá, luego de la Audiencia pública, a 11 pesos en abril y a 12,50 en junio. La Audiencia pública es una instancia previa obligatoria, pero no vinculante. El secretario general de los Metrodelegados, “Beto” Pianelli, denunció que la hacen en enero para que tenga la menor concurrencia posible. Esto es real, pero también es cierto que jamás les prestan atención a las críticas que reciben en esas audiencias. Ni siquiera lo hicieron cuando la Auditoría General de la Ciudad les advirtió que estaban calculando mal la tarifa técnica, que es la que les permite fundamentar el aumento del costo del viaje. La presidenta de la Auditoría, Cecilia Segura, advirtió que el aumento de la tarifa del subte es del 66 por ciento, muy por encima de la meta inflacionaria del 15 por ciento para este año. Incluso, supera las metas de 2017 y 2018 juntos (el último aumento del subte fue en octubre de 2016). Ya nos olvidamos, pero un funcionario del gobierno de Larreta anunció que iba a haber un aumento en 2017 pero, luego, por la campaña lo postergaron para este año.
Sería interesante que explicaran en esa audiencia, por ejemplo, por qué desfasan la tarifa del subte con respecto de la de los colectivos cuando es –o debería ser- un medio más eficiente de transporte. Y, ya que estamos, por qué no avanza la extensión de la red de subtes, una de las más atrasadas de América Latina.
Desde que llegó al Gobierno, el macrismo aumentó quince veces la tarifa de taxis. En diez años, acumula un 951,6 por ciento en el día y un 1161,3 por ciento para la tarifa nocturna.
También habrá un aumento para los taxis. En este caso será del 17,7 por ciento. Desde que llegó al Gobierno, el macrismo aumentó quince veces la tarifa de taxis. En diez años, acumula un 951,6 por ciento en el día y un 1161,3 por ciento para la tarifa nocturna. La alianza de Larreta con el gremio de los taxistas no se vio solo en las votaciones en la Legislatura, sino en la persecución judicial a Uber, en la que el jefe de Gobierno puso todo su empeño.
Pero hay más buenas noticias. Está llegando el segundo semestre. Por lo menos, para las empresas de acarreo que manejan un negocio millonario desde 1991. Se trata de Dakota y BRD, que tienen el contrato vencido hace tan solo 17 años. Ahora consiguieron un aumento del 26,6 por ciento del acarreo: pasa de 750 pesos a 950. Recordemos que esas empresas se embolsan la totalidad de la recaudación y pagan al Gobierno porteño un canon de 660 mil pesos. Según calculó la auditora Segura, este año se llevarán 70 millones más otros 100 millones que le transfiere el Gobierno porteño en concepto de “alquiler de camiones”.
Hace ya varios años, el macrismo consiguió aprobar una ley que cambiaba el negocio: el Estado pasaba a quedarse con la recaudación y las empresas recibían un monto por el acarreo. No obstante, nunca se hizo la licitación para cambiar el sistema (que implica, pequeño detalle, que casi la mitad de la Ciudad pase a tener estacionamiento medido). Ahora volvieron a prometer que el 28 de marzo de este año se hará la nueva licitación. Esto es, si no es nuevamente enterrada bajo presentaciones judiciales y el Gobierno porteño decide retirar los pliegos, como ya ocurrió en el pasado. El secretario de Transporte porteño, Juan José Méndez, prometió que estará funcionando para el segundo semestre. Vale la pena insistir: implica aumentar el estacionamiento medido de cuatro mil a ochenta mil plazas en toda la Ciudad.
Por lo pronto, también aumentará la hora de estacionamiento: de 8 a 10 pesos la ficha. Como se puede ver, la suba de las tarifas no es una mala noticia para absolutamente todos. Hay algunos amigos del aumento que siempre se ven beneficiados por la gestión PRO. Las casualidades, como los Reyes Magos, no existen.
COMENTARIOS