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- 30.05.2018
TRANSITO
Peatones tecnológicos: otro problema relacionado al celular
La cantidad de gente que cruza sin mirar por estar pendiente del teléfono aumentó en los últimos años. Además, se labraron 750 multas por día en el primer cuatrimestre del año. Es la cuarta infracción más común. Advierten sobre el riesgo de distraerse con la pantalla.
La influencia de los celulares en la vida cotidiana tuvo derivaciones que hasta hace años eran impensada. El Gobierno porteño se vio obligado a probar un sistema de semáforos instalados en el piso, para la gente que va con la vista baja mirando la pantalla del celular. A estas personas se las conoce como “peatones tecnológicos”: la gente que cruza las calles sin prestar atención, distraída por su móvil.
Los peatones son el eslabón más débil en el tránsito. Según datos oficiales, representan un 33% del total de muertos en siniestros viales. Pero a la mala costumbre de cruzar en rojo o por el medio de la cuadra, en los últimos años se le sumó la tecnología.
Según un estudio que realizó el año pasado el Observatorio Vial Latinoamericano (OVILAM), hay un notable crecimiento en la cantidad de peatones tecnológicos: “En observaciones que hicimos en 2014 representaban el 10,5% del total de peatones, en 2015 fueron el 13,8%, en 2016 16,6% y el año pasado ya llegaron al 18,2%”, explicó a Clarín Fabián Pons, presidente de esa ONG.
La Ciudad de Buenos Aires se encontró con la necesidad de empezar a probar los semáforos horizontales en el piso. El primer semáforo fue instalado en junio del año pasado en la esquina de Libertador y Ramos Mejía, una de las más peligrosas de la Ciudad porque está en pleno centro de trasbordo de Retiro, donde se mezclan peatones con colectivos y autos. Dos meses después, pusieron otro en Santa Fe y Godoy Cruz, cerca de otro lugar sumamente transitado como es la zona de Puente Pacífico. Por ahora, en la Secretaría de Transporte porteña no tienen definidas otras ubicaciones.
Estos semáforos son tiras de luces LED que están sincronizadas con el semáforo común. Cuando la luz está por cambiar, las lámparas situadas en el centro de la calzada titilan y luego pasan de verde a rojo o viceversa.
Por ahora, son pocas las ciudades que están probando estos dispositivos. Uno fue instalado en una esquina céntrica de Rosario. En Seúl, Tokyo y Berlín también hay, al igual que en Ausburg, Alemania, y en Bodegraven-Reeuwijk, Holanda, que estuvieron entre las primeras.
De acuerdo al estudio de OVILAM, los peatones que cruzan hablando por el celular tardan en promedio dos segundos más que el resto en llegar a la otra vereda. Si está escribiendo o leyendo un mensaje, la demora es aún mayor. “Un peatón que observa su celular durante 10 segundos caminará unos 20 metros sin prestar atención a su entorno”, advirtió Pons.
El celular es apenas una de los problemas. Otro informe de la misma organización, que se hizo en 2016 en base a la observación de más de 1.500 persona, mostró que el 51,6% de los peatones cruza distraído, porque usan el teléfono o porque están escuchando música con auriculares o conversando con otra persona. Además, el 31% de la gente espera el semáforo en la calzada y no en la vereda, el 18,8% cruza en rojo y el 17,9% lo hace por cualquier lugar de la cuadra.
El celular no sólo puede provocar siniestros viales sino tropezones, caída, choques con otras personas. Ya en 2010, el SAME advertía sobre la gran cantidad de peatones que atendían por accidentes que se habían producido por distracciones.
Se hacen el triple de multas por usar el celular al manejar
En el primer cuatrimestre del año, las multas por uso del celular al volante aumentaron un 143% respecto de 2017. Pasaron de 36.967 a 90.051, según datos de la Secretaría de Transporte porteña. Como la cantidad total de multas se mantuvo estable (subió sólo un 3%), la conclusión es que cada vez más automovilistas cometen la infracción. Así, el riesgo de siniestros viales crece: cuando un conductor mira el celular durante tres segundos a 40 km/h recorre 33 metros a ciegas.
Los argentinos son los que más minutos pasan frente al celular, según un estudio de comScore, una reconocida consultora del sector tecnológico. El análisis se publicó en marzo e involucró a 14 países, entre los que estaban Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia y España.
Los argentinos, además, usan el 95% de su tiempo en aplicaciones. Whats App es la preferida. Y esa conducta de vivir en una realidad mental distinta a la física tiene su correlato en las calles, adentro de los autos, detrás del volante. Se traduce en conductores cuyos ojos están puestos en sus celulares y no en el camino.
La gravedad llega al punto de ubicar al uso del celular en el cuarto puesto de violaciones en el tránsito, superando a las multas por pasar un semáforo en rojo, girar la izquierda en un lugar prohibido y no usar el cinturón de seguridad.
Manejar mientras se manipula un celular, o utilizando auriculares o equipos de video, es sancionado por el Código de Faltas porteño. Su detección es una de las más difíciles, porque exige la presencia de agentes. Desde Transporte explican a Clarín que no puede hacerse a través de una foto o cámara. La multa es de $ 1.300, pero se duplica si el conductor está escribiendo un mensaje.
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