ESPACIO PÚBLICO

Las obras de Edesur que complican a los vecinos

Edesur se caracteriza por comenzar obras que no se saben cuándo terminan y las veredas quedan destruidas por mucho tiempo.


Obras que comienzan y no se saben cuándo terminan y veredas destruidas por las que se hace imposible caminar, son un panorama recurrente en cada trabajo que emprende Edesur. En 2017, estas irregularidades llevaron a la Defensoría del Pueblo porteña a intimar a la empresa energética a reparar las veredas rotas por la realización de obras de mantenimiento, informa Ámbito Financiero.
 
Según las estadísticas del organismo, un 65% del total de reclamos presentados por los vecinos por la existencia de ondulaciones o irregularidades en las veredas o en el pavimento fueron motivados por obras de Edesur.
 
Hay zonas de la Ciudad que se convierten en un terreno difícil de transitar para los vecinos, por los montículos de tierra que dificultan el paso a los peatones, con los consecuentes riesgos para su integridad física.
 
El escenario es similar al que se observa en muchas calles: pozos, restos de maderas y metales y montañas de material son parte de un paisaje que amenaza con quedarse por tiempo indeterminado.
 
​En su resolución, la Defensoría fija un plazo de 30 días para la reparación de todas las veredas que no fueron arregladas, "en armonía con los derechos elementales de las personas de transitar por los espacios públicos".
 
En tanto, el Gobierno de la Ciudad está llevando adelante un plan para que el 80% de las aceras queden arregladas para fines de 2019. Por única vez, el Gobierno se hará cargo de la reparación de unas 150.000 veredas frentistas que, según el último censo, están rotas y reforzará la gestión para evitar el desbalance con nuevos puntos que puedan arruinarse. La inversión asciende a poco más de $4000 millones. Los arreglos tendrán un año de garantía y luego los frentistas y las compañías deberán ocuparse del mantenimiento, según corresponda.
 
De los 321.380 frentes que tiene la Ciudad de Buenos Aires, 150.221 están rotos. El 64% lo está por obras de empresas de servicios públicos, el 24% por desgaste y mal uso y un 12% por las raíces de los árboles, destaca un informe del Gobierno porteño.


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