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- 31.07.2018
SIN TECHO
En pleno invierno 4000 personas viven en la calle
Los datos oficiales del Gobierno de la Ciudad dicen que hay 1091 personas en situación de calle, pero para las organizaciones sociales que realizaron un relevamiento la cifra es de más de 4.000.
Este invierno las temperaturas son particularmente bajas y se atraviesa por estos días una ola de frío polar, según el último censo oficial del Ministerio de Hábitat porteño realizado en abril, hay 1091 personas en situación de calle en la Ciudad de Buenos Aires, pero diferentes organizaciones que trabajan en la problemática, denuncian que el número es mucho mayor: al menos 4.394, según el Primer Censo Popular de Personas en Situación de Calle realizado el año pasado.
"Una sola persona en la calle ya es una catástrofe", sentencia a La Nación Juan Carr, de Red Solidaria, y advierte, preocupado: "La temperatura por debajo de 5 grados en una gran ciudad ya es diagnóstico de que alguien puede morir, si está en la calle sin abrigo".
Claudia, de 45 años, y Adriana, de 50, viven hace siete meses bajo las arcadas de un antiguo edificio en avenida Alem al 800, que pronto se convertirá en un exclusivo mercado gourmet, el Mercado de los Carruajes. "Vivíamos en la Villa 31 pero nos desalojaron porque tenían que abrir un desagüe. Dijeron que nos iban a dar una habitación y acá estamos, esperando en el frío. Es muy triste la vida del pobre", dice Claudia a La Nación.
"Dependemos de que la gente pase y por lástima nos regale un pulóver o una frazada. O que venga el BAP (el programa Buenos Aires Presente del Gobierno porteño), al que si no llamás, no viene, y en los quioscos nos mezquinan el teléfono porque piensan que les vamos a robar. Este frío nos está matando: dicen que julio te prepara y agosto te lleva", continúa Claudia.
Mientras esperan el subsidio habitacional, que recién podría llegar en octubre, las mujeres prefieren no ir a paradores, salvo para bañarse o comer algún plato de comida caliente. Dicen que los evitan porque son un caos, las echan demasiado temprano y, además, al dejar su lugar en la calle corren el riesgo de que les roben sus pocas pertenencias.
Horacio es cartonero, tiene 25 años y desde hace diez que duerme a la intemperie. No lo hace todas las noches: duerme tres o cuatro días seguidos en la calle, junta plata, y luego regresa al lugar que alquila en Ezeiza junto a su familia durante una semana o hasta que se le acabe el dinero. Y entonces vuelve a salir. "Es como un campamento en la ciudad", explica, donde la actividad de reciclaje rinde mucho más. En el conurbano solo se consiguen changas.
Están en la esquina de avenida Hipólito de Yrigoyen y Santiago del Estero, en el barrio de Montserrat. Como trabajan en la zona desde hace mucho, los vecinos los conocen y los ayudan: "Pasa el BAP y también mucha gente que sale a repartir comida, que es gente que no lo hace por obligación, sino porque son buenas personas. Vienen con té, con mate cocido, los podés encontrar a cualquier hora", cuenta Horacio a La Nación.
Elías se refugia bajo las columnas de la tradicional iglesia redonda de Belgrano, es uno de los cientos de despedidos de Austral Construcciones, la firma de Lázaro Báez, que hace poco entró en quiebra. Con 54 años y a uno de jubilarse, se enteró de que en algún momento la empresa dejó de pagar sus aportes previsionales y de Ganancias. Lo supo porque quisieron embargarle la casa.
La tragedia llegó a la Ciudad el lunes 25 de junio cuando murió Walter García, un hombre de 33 años que vivía en el bajo de la Autopista 25 de Mayo, sobre la avenida Entre Ríos, trabajadores del BAP realizaron esta denuncia.
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