¿Cómo es La Containera, el nuevo barrio de la Villa 31?

En un predio de la Villa 31 donde hasta hace poco se utilizaba como depósito de contenedores, se construyeron 110 viviendas nuevas, diez locales comerciales, juegos para niños y una cancha de fútbol. Los techos de los edificios están dotados de paneles solares que generan energía utilizada para alimentar los espacios comunes como las escaleras y los paliers.    Los destinatarios de esas viviendas son los habitantes de Cristo Obrero, uno de los barrios de la Villa 31, que estaban asentados donde pasará la nueva traza de la autopista Illia. Las casas donde vivían antes se demolieron y en su lugar se fueron colocando las bases de hormigón donde se asentarán los tramos de la autopista.   El proceso de relocalización comenzó en noviembre del año pasado con el traslado de 38 familias. En octubre pasado se inició la segunda etapa que finalizará este mes con la entrega del resto de las viviendas.    Cada familia propietaria comenzará a pagar por las viviendas a medida que reciban las escrituras. En simultáneo a la relocalización de estas familias se están construyendo otras 1200 viviendas en un playón que pertenecía a YPF y donde también se edifica la nueva sede del Ministerio de Educación de la Ciudad. Esas unidades serán para las familias que viven bajo la actual Illia.   Mientras tanto, en la Legislatura porteña se debate un código de obligaciones que se aplicarán sobre los complejos de viviendas. El mantenimiento de los espacios comunes estará a cargo de cada consorcio de los edificios, pero aún no están definidas otras responsabilidades que tendrán los nuevos propietarios. Por ejemplo, si pueden vender o no sus viviendas.
  "Uno de los principales objetivos del proceso de reurbanización es generar arraigo, condiciones de deseo y posibilidad para que los vecinos puedan desarrollar sus proyectos de vida. No se prohibirá la venta de las casas. Las responsabilidades, tanto para el uso como la transferencia de las viviendas, está aún en discusión", explica a La Nación Diego Fernández, titular de la Secretaría de Integración Social y Urbana.
  Cada familia decidió en que grupo de edificios vivir: con techos verdes o con azules. En uno de los extremos de La Containera quedan algunos contenedores olvidados entre las bases de lo que será la nueva Illia que, además, marcará los límites de la Villa 31. Los vehículos pasarán cerca de dos edificios educativos: un jardín de infantes y un Centro de Formación Profesional para Adultos. La actividad en ambos lugares comenzará en marzo, aunque los adultos tendrán la posibilidad de contar con talleres y cursos durante el verano.    Javier Tarulla, subsecretario de Carrera Docente del Ministerio de Educación de la Ciudad, cuenta a La Nación que en el centro de formación se realizarán cursos de telecomunicación, energía renovable y técnicas audiovisuales.    Los vecinos del barrio también tienen a disposición las actividades formativas del Centro de Desarrollo Emprendedor (Cedel), el segundo de la Villa 31. Allí forman emprendedores y funciona una bolsa de empleo que ya les dio trabajo a 500 personas en empresas de seguridad, maestranza y supermercados.