AIRE LIBRE

¿Qué es el parkour?

Es una disciplina urbana que crece y anhela ser olímpica, se practica en espacios púbicos.


Los muros, las pendientes y los escalones, son elementos urbanos que pueden transformarse en trampolín para hacer piruetas, vuelcos y sacudones, eso es el parkour. Para practicarlo y superar los obstáculos urbanos se debe usar el cuerpo y emplear toda la potencia y capacidad física.
 
La actividad fue creada en Francia hace más de 25 años, intenta transitar un camino que la deposite en los Juegos Olímpicos de París 2024. Sebastian Foucar y David Belle, dos franceses de Lisses, fueron los primeros traceurs, o trazadores, como se denomina a quienes practican parkour, actividad que se hizo popular a partir de los años 90 cuando la disciplina llegó a varias películas de cine.

En la Ciudad la movida comenzó hace unos diez años en el Parque Chacabuco donde comenzaron a reunirse los primeros entusiastas después de ver varios videos y tutoriales en YouTube. Luego se trasladó a otras ciudades del país. “No importa la edad si se tiene en cuenta las limitaciones de cada uno; todos pueden aprender", explica a La Nación Juan Cruz Pérez, de 20 años.

"Fuimos autodidactas, pero con el tiempo nos capacitamos de diferentes maneras, por ejemplo, con cursos de preparación física. Ahora somos como los profes que tratamos de transmitir los valores de esta actividad que va más allá de lo físico: la autosuperación y el cuidado del otro y de uno mismo", cuenta Juan Ignacio Fernández Loleo, o Rabbit, como se lo conoce en el circuito traceurs.

Parque Lezama, Plaza Boedo, las facultades de Derecho e Ingeniería son algunos de los sitios porteños donde se hacen las RT, o Reuniones de Trazadores, que pueden congregar hasta 500 personas. Además, todos los miércoles un grupo de 20 personas o más suele reunirse en distintos puntos de partida para atravesar la ciudad y sus obstáculos y, de esa forma, entrenar.

Las clases de iniciación en el Parque Urbano están a cargo de los trazadores, amateurs y profesionales, que comparten las nociones básicas para introducirse a la disciplina. Primero se reúnen en una ronda para calentar los músculos desplazándose en cuclillas alrededor del círculo. Luego, en parejas y con el acompañamiento de un profesor, avanzan en el recorrido.

Se calcula que en toda la Argentina hay entre 6000 y 7000 personas que practican parkour, pero son muy pocas las que pueden obtener un rédito económico o, como sueñan muchos, vivir del parkour. "Estoy todo el día a los saltos, empecé a pagarme el alquiler así, con clases en un gimnasio, con exhibiciones o talleres porque cada vez hay más interesados en esto", dice a La Nación Ismael Garay. "La gente se da cuenta de que el parkour no tiene fronteras, que combina entrenamientos de distintos deportes y se adaptan a sus posibilidades", agrega.

La Federación Internacional de Gimnasia cobijó al parkour y lo reconoció como la séptima rama de la gimnasia. Así las federaciones de cada país fueron habilitadas para incluirlo en las agendas deportivas del año. "Es un gran desafío el que tenemos por delante", admite Micaela Bouno, quien compite a nivel profesional fuera del país. "El año próximo estaríamos en condiciones de organizar un campeonato argentino y otro sudamericano para comenzar a darle base a las competencias clasificatorias para los Juegos", adelanta.



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