- Opinion
- 16.12.2018
PUNITIVISMO CONTRA LA ECONOMÍA INFORMAL
El sueño macrista
Larreta logró lo que Macri no pudo como jefe de Gobierno: prohibir a los cuidacoches y limpiavidrios. Lo hizo en el peor momento de la crisis. También consiguió aprobar normas sobre el juego más importantes sin el escándalo con la Iglesia que enfrentó su predecesor.
Hay quien dice que el G20 representó la consagración del sueño macrista. Una ciudad militarizada, vallada, con nula capacidad de movilización, con la policía habilitada para hacer lo que quisiera, con una fiesta de los poderosos y millonarios que emocionó al presidente. Fue el quietismo de la Ciudad fantasma, sin transporte, pero también consistió en echar a las personas en situación de calle del microcentro. Si es verdad que este es el sueño macrista, el Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta consiguió en la última semana acercar la Ciudad a ese sueño. En una Legislatura cubierta de vallas (algo que ya se hizo costumbre) consiguió aprobar, con la ayuda del bloque de Martín Lousteau, un Código Contravencional que prohíbe los cuidacoches y limpiavidrios y avanza sobre los trabajadores de la economía informal. Ni Mauricio Macri había conseguido tanto. También logró aprobar el juego on line –al igual que María Eugenia Vidal- con mucho menos escándalo de lo que tuvieron los acuerdos del juego de Macri.
El macrismo gobierna en la Ciudad hace más de una década. Siempre intentó prohibir a los cuidacoches y los limpiavidrios. En Nueva Ciudad hicimos este informe especial contando las distintas posiciones, las estadísticas y cómo es la vida de los que trabajan en la calle. El PRO tuvo muchas derrotas en este aspecto. La más notoria fue en 2011 cuando la Legislatura aprobó una ley para registrar a los cuidacoches que mantuvieran esta actividad de subsistencia. Macri la vetó. Y el macrismo insistió una y otra vez hasta que, el jueves pasado, con el ropaje de que era un Código con perspectiva de género, consiguió aprobarlo con votos de Lousteau y del socialismo porteño.
Pero, dado que vienen ganando elecciones legislativas desde 2003, no es sorprendente que, tarde o temprano consiguieran los votos para prohibir a las personas de la economía informal. Hay que destacar la sensibilidad PRO: los criminalizan en plena crisis económica, cuando la pobreza y la indigencia vienen creciendo y superan cifras que no se veían hace décadas. Esta normativa, coinciden las antropólogas y sociólogas que trabajan sobre el tema, solo le dará mayor poder a la policía para negociar peajes y cuotas en los circuitos de la economía informal. No va a terminar con la actividad.
En lo concreto, el nuevo código penaliza a quienes ofrezcan servicios de “estacionamiento, cuidado de coches o limpieza de vidrios” con uno a dos días de utilidad pública o multa de cincuenta a trescientas unidades fijas (17,85 pesos cada unidad). Es decir, que la multa para las personas que hagan esta actividad de subsistencia irá de 892,5 a 5.355 pesos. Pero esto no termina acá: si la conducta “está basada en la desigualdad de género la pena se elevará al doble”. Las sanciones se aplicarán también cuando se prestan esos servicios “en los alrededores los grandes parques durante los fines de semana o dentro de un radio de hasta treinta (30) cuadras del lugar donde esté programado un evento masivo de carácter deportivo o artístico, desde las tres (3) horas antes de su inicio y hasta (2) dos horas posterior a su finalización”. Estas multas irán creciendo, dado que están atadas al precio de la nafta que –ya sabemos- se eleva hacia las nubes. Los únicos habilitados como cuidacoches son los que tengan la tarjeta azul, extendida a discapacitados o jubilados.
También el Código deja en manos de la policía decidir qué es un ruido molesto y le permite intervenir sin solicitud de los vecinos. Los artistas callejeros dieron una pelea contra esta norma y consiguieron que se incluya que es “con excepción de las manifestaciones artístico-culturales a la gorra”. No obstante, la policía decide, una vez más.
Estos fueron los puntos más polémicos. Además se aprobaron penas contra el acoso sexual (hasta 5 días de arresto, se duplicará cuando la víctima sea menor de 18 años, mayor de 70 años o se trate de una persona con discapacidad), contra la difusión de imágenes íntimas, el hostigamiento digital y la suplantación de identidad a través de medios electrónicos. Y contra quien fije afiches y volantes en lugares no habilitados “persiguiendo fines de lucro con la publicidad”. El Gobierno de Larreta hizo eje en estos últimos puntos para vender la sanción de ayer como un Código “con perspectiva de género”. “No en nuestro nombre”, dijo Myriam Bregman en el recinto. No en nuestro nombre, dicen las feministas que cuestionan el punitivismo.
La composición de los votos dejó señales de cómo están las cosas en Cambiemos: Larreta consiguió el apoyo de los legisladores de Lousteau y hasta del socialismo, pero no de los diputados que responden a Elisa Carrió. En la Coalición Cívica, sostienen que mantuvieron su posición histórica sobre el tema. El legislador Maximiliano Ferraro sostuvo en el recinto que hay que combatir a las mafias, a las barrabravas con política criminal y acción policial. Pero también destacó que existen personas de bajos recursos que hacen esas tareas y piden colaboración a voluntad, sin extorsión ni coacción. Y que el Estado debe ser capaz de diferenciar una actividad de otra. No: el macrismo lo que hizo ayer es prohibir todas a la vez. “No se puede castigar la peligrosidad. Eso es derecho penal de autor, que castiga a la persona por lo que es y no por lo que hace. Tampoco se puede castigar a una persona por lo que no hizo, sino por el daño que causó”, advirtió Ferraro. “No queremos que se destruyan los lazos sociales de solidaridad, empatía y confianza que se ven en algunos barrios de la Ciudad”, indicó.
Larreta consiguió una segunda victoria sobre un tema que a Carrió le gusta bien poco: el juego. Para tomar el antecedente anterior, cuando Macri intentó avanzar en recibir más recaudación del juego, con un acuerdo con el ahora preso Cristóbal López, recibió la respuesta furibunda del arzobispo Jorge Bergoglio (hoy mejor conocido como El Papa) e, internamente, de Gabriela Michetti, y debió dar marcha atrás. A Larreta no le ocurrió nada de esto. La Legislatura probó el juego on line, al igual que lo había hecho Vidal en provincia de Buenos Aires, pero ni siquiera tuvo el pequeño escándalo que le hicieron a ella. Como señaló en Twitter el periodista Federico Poore, lo hizo en una sesión maratónica, de madrugada, y solo con los votos oficiales. Esperan recaudar 500 millones de pesos con esta medida, para intentar frenar en parte el ajuste nacional en 2019. Después de todo, es un año electoral.
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