OPINIÓN

Un nuevo líder del PRO

Con el resultado de las elecciones porteñas, en medio de la hecatombe a nivel nacional y bonaerense, Larreta podría consolidarse como la nueva cabeza del espacio

Werner Pertot


Salió solo al escenario. Y festejó. Fue el único en festejar esa noche, de hecho. Fue llamando a todos los dirigentes que sumó en este año a su alianza, en contraste con lo que no pudo hacer Mauricio Macri. Y el presidente, en medio de su derrota, lo felicitó: “A Horacio le dijeron que no reunía las condiciones para sacar votos, y acá esta”, dijo. El jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, emergió como único vencedor en una noche en la que todo el PRO fue derrotado. Y puede ser que a fin de año sea el único que mantenga un Ejecutivo. De hecho, mientras otros analizaban los números, Larreta se fue a cenar tranquilo a disfrutar de los resultados.

Larreta obtuvo el 46,48 por ciento de los votos en las PASO contra un 31,93 por ciento de Matías Lammens. Creció con respecto a 2015, cuando había obtenido un 45 por ciento de los votos, pero no le alcanza para ganar en primera vuelta, para lo que debería crecer hasta el 50 por ciento. Larreta volvió a arrasar en la zona norte, donde obtuvo porcentajes astronómicos, como en la comuna 2 (Recoleta), donde sacó 60 por ciento contra 17 de Matías Lammens, o la comuna 11 (62 a 40), o la 12 (70 a 43), o la 13 (60 a 21), o la 14 (60 a 22). Perdió, en cambio, en el sur, donde quedó por debajo del 53 por ciento que sacó Lammens en la comuna 4 (La Boca y Barracas, entre otros), contra un 47 por ciento de Larreta. O la comuna 8 (Lugano), donde Lammens sacó el 49 por ciento contra el 32 de Larreta. Ya no se da un escenario de hegemonía total del PRO, como cuando Macri ganaba en todos los barrios (de todas maneras, hay que decir que en la Ciudad el presidente le sacó 11 puntos a la lista de les Fernandez).

Con un resultado nacional desastroso y otro para María Eugenia Vidal que la deja virtualmente afuera de la gobernación, Larreta es el único dirigente macrista que seguiría en un distrito de peso. Y también es un dirigente que quiere tener proyección presidencial. La combinación de esas dos directrices trazará el escenario a futuro, donde es probable que el jefe de Gobierno busque reorganizar el partido en torno a un nuevo liderazgo, el suyo.

Los elogios prematuros de Macri a su gestión, la centralidad que tuvo su festejo antes del velorio nacional que protagonizaron el presidente y la gobernadora parecen dar a entender que algunos ya vieron ese escenario. No está tan claro que Macri quiera ceder así como así su lugar de líder indiscutido del espacio. De hecho, este año tomó varias medidas para evitar eso: abortó el planteo de desdoblar las elecciones bonaerenses y también el Plan V, que buscaba correrlo de escena y darle protagonismo a Vidal como candidata a gobernadora.

Los armados electorales también son contrastantes en el caso de Macri y de Larreta: si el primero sumó solo a Miguel Ángel Pichetto y poco más, el segundo se llevó a buena parte de la oposición. Todo UNEN y Evolución terminó encolumnado detrás de él, con Martín Lousteau, los radicales porteños, Elisa Carrió, Graciela Ocaña, y hasta Roy Cortina, un impensado apoyo del socialismo a la derecha macrista. Con ese trabajo de construir una alianza más grande, quedó claro que Larreta se blindó ante el escenario de voto castigo que se le vino al macrismo. Y probablemente cuando la tormenta amaine, sea uno de sus sobrevivientes. Uno de los que buscará reciclar el espacio para ir, una vez más, por la presidencia.

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