TRANSPORTE

Las bicicletas se convirtieron en un problema en muchos edificios

En la Ciudad creció el uso de la bicicleta pero los edificios no tienen lugar para guardarlas y los garajes muchas veces no las aceptan o piden tarifas muy altas.


Se dan cada vez más discusiones y roces entre los miembros de un mismo consorcio por el ingreso de las bicicletas a los edificios. La bicicleta se volvió un rodado muy utilizado como un medio alternativo para movilizarse en la Ciudad, de manera ágil y económica, debido a los altos costos del transporte público y lo que significa sacar el auto.
 
Los conflictos ya tienen sus propias estadísticas oficiales. En lo que va de 2019, de acuerdo con cifras recabadas por el Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad, se iniciaron 152 mediaciones comunitarias por la utilización de espacios comunes en edificios porteños. El 73% de esas intervenciones fue por problemas con bicicletas y otros rodados, y la gran mayoría de los trámites se resolvió de manera positiva.
 
Juan Carlos Marques cuenta a La Nación que en su edificio "De repente, alguien plantea que no se puede tener bici. No se puede entender". En las reuniones de consorcio se escuchan cosas como "Ya no se pueden dejar las bicicletas en ese espacio común. Que cada uno la tenga en su departamento", "Pero que las suban por la escalera, no en el ascensor", "No, no, por la escalera no, porque quedan las marcas de las ruedas en la pared", "Que no entren más bicicletas al edificio y listo".
 
En un caso, la propietaria de una de las tres unidades de un PH solicitó a una de sus vecinas a través de un proceso de mediación que le dijera al novio de su hija que dejara de estacionar la bicicleta en el pasillo, ya que obstaculizaba la entrada y ensuciaba las baldosas. "Las partes acordaron que el dueño del rodado lo ingresaría durante la noche y luego la retiraría a tempranas horas de la mañana tras limpiar el piso".
 
Lo cierto es que no existe ninguna norma que prohíba la entrada de esos vehículos de dos ruedas en los edificios, aclara a La Nación Néstor Sebastián, de la Asociación de Ciclistas Urbanos. Y explica: "Estas situaciones vienen de hace mucho tiempo, pero ahora se hacen ver por la alta demanda de las bicicletas. Las soluciones vienen de la mano del consenso".
 
David Loisi, directivo de la Liga del Consorcista, explica que el Código Civil es genérico: "Uno de los incisos del artículo 2047, sobre propiedad horizontal, dice que está prohibido perturbar la tranquilidad de los otros, que no se puede molestar". Y continúa: "Lo mejor que puede hacer cada administración es aclarar dónde se pueden dejar las bicicletas y cómo hacer para manipularlas en su propio reglamento interno".
 
"Es un tema que llegó para quedarse. La bicicleta se usa cada vez más. Los estacionamientos son cada vez más costosos (el precio de un lugar para una bicicleta en un garaje privado es del 10% de lo que sale para un vehículo por la misma fracción horaria). Y encima hay edificios viejos que no tienen algún espacio en común o ascensores amplios", describe a La Nación Daniel Tocco, presidente de la Cámara Argentina de la Propiedad Horizontal. "Hoy no hay nada legal al respecto. Solo las normas para la prevención de incendios indican que se deben dejar los lugares de evacuación, como pasillos, libres para la circulación", concluye.
 


COMENTARIOS