- ELECCIONES
- 22.10.2019
OPINIÓN
"Flashmob en Buenos Aires", por Nahuel Beglia
El 30 de agosto el colectivo #sivosqueres realizó el primer Flashmob con objetivos políticos de la actualidad. La participación masiva de la ciudadanía en el evento y en su posterior difusión fue una de las claves.
Comenzó con la proyección de frases en grandes paredes de la ciudad y continuó con la exitosa performance “Macri ya fue/Vidal también/si vos querés/Larreta también” en Avenida Corrientes. Un grupo de activistas y artistas que aún mantienen el anonimato construyeron el hecho político más novedoso y con mayor repercusión social que tiene la actual coyuntura política en pleno proceso electoral.
Con origen en las campañas publicitarias no tradicionales que despliegan una performance in situ, el Flashmob es un acto masivo relámpago que se convoca desde las plataformas digitales, para luego ser registrado en video y ser difundido a través de las mismas plataformas. En este evento en particular los organizadores convocaron a la participación social desde el canto y el baile, para multiplicar la consigna política más clara de este período electoral, superando en efectividad cualquier pieza tradicional de campaña.
La consigna “Macri ya fue” recupera el descontento popular expresado en las elecciones primarias del 11 de agosto e invita: “Si vos querés Larreta también”. La síntesis propuesta en la letra de la canción de Sudor Marika (conjunto que interpreta el hit) irrumpe en un contexto de retroceso político de Cambiemos, la fuerza política que desde hace casi cuatro años gestiona los tres Estados más importantes del país -Nacional, Provincia de Buenos Aires y Ciudad de Buenos Aires- y que logró deteriorar todos los indicadores sociales y económicos.
La campaña electoral del año 2015, que llevó al poder a esta fuerza política, tuvo como novedad la utilización del arsenal comunicacional de los nuevos medios digitales. La alianza Cambiemos desarrolló una estrategia de compra de espacios publicitarios en las mega plataformas Facebook y Youtube, utilizó “granjas de trolls” para manipular la opinión pública en las redes sociales, y encargó estudios de microsegmentación de audiencias a partir de la utilización de focus group y big data.
Este año la repetición de la estrategia, de utilización intensiva de las plataformas digitales para mantener aquel caudal de votos quedó desdibujada, se transformó en una forma tradicional de campaña, carente de potencia. La novedad en esta campaña quedó del lado de las acciones callejeras del colectivo #sivosqueres, que redefinieron la forma de poner en juego el uso de las plataformas digitales con fines políticos y convocaron a la participación ciudadana y al compromiso. De esa manera lograron instalar en partidarios e indecisos la consigna política más clara de este periódo.
Si bien el movimiento es organizado por un colectivo integrado por actores bailarines, músicos, cineastas, activistas y militantes, el lugar central de la acción fue ocupado por el ciudadano de a pie. La participación masiva de la ciudadanía que se verificó en la Avenida Corrientes el 30 de agosto, determinó la consagración de la performance como hecho político. La enorme participación social en una coreografía al compás de una cumbia en el corazón de la ciudad, impulsó la viralización o diseminación del insólito contenido, y colmó las pantallas los dispositivos móviles con un fuerte contenido anti-macrista.
A partir del 30 de agosto la consigna está instalada. Luego hubo otras acciones organizadas por el colectivo convocando a la participación ciudadana; una convocatoria simultánea en 10 puntos de la ciudad de Buenos Aires y otra en el Planetario. Este conjunto de hechos políticos superaron los límites de las campañas electorales tradicionales (tal vez por no ser parte de ninguna en particular ya que no propone ningún candidato). Sin embargo a la vez ocuparon ese mismo espacio: el espacio de la disputa en la construcción de la agenda política. Los diferentes flashmob denunciaron los altos valores de los alquileres y los servicios públicos, problematizaron del uso del espacio urbano y subrayaron la crisis económica y social.
El diseño de la estrategia, el uso novedoso de las nuevas tecnologías, y el hecho de poner en primer plano a un pueblo activo y movilizado colocó la estrategia comunicacional de Cambiemos en un espacio arcaico del que parecería difícil escapar.
Con origen en las campañas publicitarias no tradicionales que despliegan una performance in situ, el Flashmob es un acto masivo relámpago que se convoca desde las plataformas digitales, para luego ser registrado en video y ser difundido a través de las mismas plataformas. En este evento en particular los organizadores convocaron a la participación social desde el canto y el baile, para multiplicar la consigna política más clara de este período electoral, superando en efectividad cualquier pieza tradicional de campaña.
La consigna “Macri ya fue” recupera el descontento popular expresado en las elecciones primarias del 11 de agosto e invita: “Si vos querés Larreta también”. La síntesis propuesta en la letra de la canción de Sudor Marika (conjunto que interpreta el hit) irrumpe en un contexto de retroceso político de Cambiemos, la fuerza política que desde hace casi cuatro años gestiona los tres Estados más importantes del país -Nacional, Provincia de Buenos Aires y Ciudad de Buenos Aires- y que logró deteriorar todos los indicadores sociales y económicos.
La campaña electoral del año 2015, que llevó al poder a esta fuerza política, tuvo como novedad la utilización del arsenal comunicacional de los nuevos medios digitales. La alianza Cambiemos desarrolló una estrategia de compra de espacios publicitarios en las mega plataformas Facebook y Youtube, utilizó “granjas de trolls” para manipular la opinión pública en las redes sociales, y encargó estudios de microsegmentación de audiencias a partir de la utilización de focus group y big data.
Este año la repetición de la estrategia, de utilización intensiva de las plataformas digitales para mantener aquel caudal de votos quedó desdibujada, se transformó en una forma tradicional de campaña, carente de potencia. La novedad en esta campaña quedó del lado de las acciones callejeras del colectivo #sivosqueres, que redefinieron la forma de poner en juego el uso de las plataformas digitales con fines políticos y convocaron a la participación ciudadana y al compromiso. De esa manera lograron instalar en partidarios e indecisos la consigna política más clara de este periódo.
Si bien el movimiento es organizado por un colectivo integrado por actores bailarines, músicos, cineastas, activistas y militantes, el lugar central de la acción fue ocupado por el ciudadano de a pie. La participación masiva de la ciudadanía que se verificó en la Avenida Corrientes el 30 de agosto, determinó la consagración de la performance como hecho político. La enorme participación social en una coreografía al compás de una cumbia en el corazón de la ciudad, impulsó la viralización o diseminación del insólito contenido, y colmó las pantallas los dispositivos móviles con un fuerte contenido anti-macrista.
A partir del 30 de agosto la consigna está instalada. Luego hubo otras acciones organizadas por el colectivo convocando a la participación ciudadana; una convocatoria simultánea en 10 puntos de la ciudad de Buenos Aires y otra en el Planetario. Este conjunto de hechos políticos superaron los límites de las campañas electorales tradicionales (tal vez por no ser parte de ninguna en particular ya que no propone ningún candidato). Sin embargo a la vez ocuparon ese mismo espacio: el espacio de la disputa en la construcción de la agenda política. Los diferentes flashmob denunciaron los altos valores de los alquileres y los servicios públicos, problematizaron del uso del espacio urbano y subrayaron la crisis económica y social.
El diseño de la estrategia, el uso novedoso de las nuevas tecnologías, y el hecho de poner en primer plano a un pueblo activo y movilizado colocó la estrategia comunicacional de Cambiemos en un espacio arcaico del que parecería difícil escapar.
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