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- 18.02.2020
MEDIO AMBIENTE
Recuperan objetos desechados y equipan sus casas
Cada vez son más los vecinos que recolectan elementos descartados por otros en la calle para reciclarlos; confeccionan muebles, accesorios para el hogar y de jardín.
Con objetos que fueron desechados por unos, otros los reutilizan y transforman. Para algunos es un hobby; para muchos, la responsabilidad de cuidar el medio ambiente, y para un tercer grupo, una cuestión de solidaridad. Ya sea por una u otra razón, rescatar elementos de la calle antes de que se los lleve el camión recolector de basura, reciclarlos y equipar con ellos el hogar es una movida cada vez más asentada en la ciudad.
Puertas que se convierten en mesas, cajones de verdura que pasan a ser estantes o pallets que sirven para colgar macetas. Noelia vive en Parque Chacabuco, cuenta a La Nación que "Veo cosas con potencial en la calle, que se pueden transformar. No me gusta que vayan a un relleno sanitario. De ahí viene mi alma 'basurera'". Su pasión por darles una segunda oportunidad a los objetos la llevó a integrar el grupo de Facebook Basureros con estilo e incluso armar junto a sus vecinos el subgrupo Basureros con estilo Caballito, en el que se pasan las "alertas basuriles" de sus alrededores.
El grupo Basureros con estilo suma adeptos desde que se creó, en noviembre de 2014, ya tiene 22.000 miembros que a diario suben fotos de los objetos que se cruzan en la calle, con una descripción breve del estado en que se encuentran, la ubicación exacta donde los encontraron y, en algunos casos, un antes y un después luego de poner manos a la obra.
Noelia cuenta que tiene conciencia medioambiental desde su adolescencia. "Acá se recicla todo. Separamos los residuos y los llevamos a la campana verde. Con la basura hacemos compost", detalla. Pero fue su marido el que le contagió el hábito de juntar objetos.
Ella viene de una familia de carpinteros. "Cajones y sillas son mi debilidad", dice. Hizo un curso de tapicería. Algunos objetos que restaura los vende por Mercado Libre, pero la mayoría están en su departamento de tres ambientes. "Ya no tenemos dónde guardar las cosas", confiesa.
Melina Scioli, especialista en gestión de residuos y cofundadora de El Club de Reparadores, movimiento que promueve la reparación de objetos desechados, explica a La Nación: "Extendiendo la vida útil de los objetos, dándoles un segundo uso, se evita la extracción de nuevas materias primas para la fabricación de más productos. El descarte de materiales generalmente termina en rellenos sanitarios o basurales a cielo abierto, con las consecuencias que eso tiene. La descomposición de esos componentes genera gases de efecto invernadero y contaminación".
Daniel es técnico electromecánico y trabaja en mantenimiento general; en electricidad, plomería. "Hago de todo", dice a La Nación. Su padre juntaba cosas de la calle y le inculcó la cultura de recuperar. "Soy autodidacta para crear cosas, me encanta. Pero es un hobby por el momento", reflexiona. Daniel comenta que no hay algo en particular que le interesa levantar, sino que a todo le encuentra un uso. Lo que más le gustaría encontrar son tocadiscos viejos o radios.
"Se trata de una cultura del traspaso, por eso no vendo las cosas, sino que las uso yo o se las doy a alguien que las necesite", indica. Para él, el sentido de juntar, reutilizar y volver a dar es solidario. Por ejemplo, con algunos objetos que encontró en la vía púbica diseñó una cucha para perros callejeros que no tienen dónde dormir cuando hace frío.
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