- Sociedad
- 24.04.2020
OPINIÓN
Literatura y cuarentena
La literatura en cuarentena ha tomado cierto protagonismo. Todos los formatos son válidos: redes sociales, libros físicos, podcast, etc. después de tantos días no queda otra cosa más que leer. Matías Segreti te recomienda algunas lecturas.
Es el año 1971, Juan Gelman apoya el codo sobre la mesa mientras sostiene con el cuenco de la mano, su cabeza. Repasa fragmentos de borradores, decide pasar en limpio. Acomoda el cuerpo y con sus dedos empuña la lapicera fuente: “Se sienta a la mesa y escribe, con este poema no tomarás el poder, dice. No ganará plata con ellos/no entrará al cine gratis con ellos/no le darán ropa por ellos/no conseguirá tabaco o vino por ellos/ ni papagayos ni bufandas ni barcos/no alcanzará perdón o gracia por ellos. Con este poema no tomarás el poder, dice. /Con estos versos no harás la Revolución, dice, ni con miles de versos harás la Revolución, dice. Se sienta a la mesa y escribe”.
La literatura en cuarentena ha tomado cierto protagonismo. Para saltear el debate sobre los formatos en que se manifiesta, podemos afirmar que la literatura se trata del arte de la expresión a través de la lectura y la escritura. De esta manera, el arte literario trasciende las fronteras tradicionales del encuentro entre lector y escritor, mediados por las librerías y editoriales. Todos los formatos son válidos: redes sociales, libros físicos, podcast, etc. Esto no quiere decir que haya un desplazamiento de actores, sino que emergen o se recuperan otras formas de relación literaria.
Ahora bien ¿Por qué la lectura ha tomado protagonismo en este tiempo? Los factores de este fenómeno son múltiples y ninguno obtura a otro. Entretenimiento, formación, tareas pedagógicas, descubrimiento, creatividad, porque después de tantos días no queda otra cosa más que leer (o escribir), etcétera. La lectura se ha colado en los intereses de las familias y de los individuos, sea para contrapesar el uso de las nuevas tecnologías o porque la disponibilidad temporal hace que se elija la lectura como forma de pasatiempo.
¿Por qué se sienta y escribe?
Resulta necesario señalar que al mismo tiempo que se toman medidas preventivas para retrasar el impacto del virus, se da otro fenómeno vinculado a una lógica del tiempo que domina nuestra sociedad: la sobre estimulación a través de las redes sociales y un llamado a la hiperproducción, para que el tiempo no sea “muerto”. Sin dudas, estas características se entienden en el marco del capitalismo siglo XXI (versatilidad, adaptabilidad, referencias meritocráticas, producción incesante).
La literatura convoca a interrumpir esos deberes que el sistema intenta imponer. Es, de alguna manera, un elemento disruptivo con la lógica dominante. En este sentido, lo que ofrece la lectura y la escritura es la posibilidad de otro tiempo, una relación con el mundo que nos permita visitarlo de una manera distinta al de la óptica cotidiana. El maestro Ricardo Piglia decía que la literatura es extrañamiento, una manera nueva de mirar lo que ya vivimos.
Al mismo tiempo invita a revisitar las propias identidades, a interponer una pausa entre la lógica que implora la productividad para reposar sobre la reflexión de la propia existencia, aún, independientemente del contexto de encierro. Mi única ambición es llegar a escribir un día más o menos bien, más o menos mal, pero como una mujer, decía Victoria Ocampo, fundadora de la revista Sur y una de las mayores referentes literarias del siglo pasado.
Pero ¿por qué se sienta y escribe? Hace un tiempo, una comerciante de origen oriental fue asediada por un supuesto periodista que registraba su local sin ningún tipo de aviso. El conflicto fue en ascenso y derivó en una persecución por parte de la comerciante al periodista. Sin embargo, el conflicto pudo haber sido uno más en el marco del anecdotario barrial cotidiano. Lo que hizo célebre el cruce fue una respuesta de la comerciante al pedido de explicaciones sobre ciertos productos alimenticios. La comerciante respondió con firmeza: no hay por qué. La escena, un cuento de Soriano.
No hay nada más literario que esa respuesta, no hay por qué. La literatura, en principio no tiene un por qué, o mejor dicho, no tiene un propósito unívoco. Es por eso que tal vez se constituya como la antítesis del llamado a la hiperproducción de estos tiempos. La literatura no es otra cosa que un sueño dirigido, decía Jorge Luis Borges. Alejandra Pizarnik, una de las mayores poetas de nuestras tierras decía que el quehacer poético implicaría exorcizar, conjurar y, además, reparar. Escribir un poema es reparar la herida fundamental, la desgarradura. Porque todos estamos heridos. Tal vez en estas últimas palabras encontremos algunas claves sobre la herida de estos tiempos.
El llamado no es a tratar de leer o a escribir como imperativo de la cuarentena, sino al intento de construir una relación afectiva con la literatura.
¿Dónde está la literatura?
Está por todos lados, sin embargo dejo algunas recomendaciones:
Cuentas de instagram: poesía y tradición oral @los_fatales, la escritora Gabriela Borrelli @gabriela_borrelli, el escritor Juan Solá @juansolaok, historia argentina @dehistoriasomos, registro textuales de estos tiempos @elcckirchner
Ciclo: Poesía en tu sofá. Festival de lectura y recitado de poesía. Nace en el contexto de cuarentena y tiene como propósito difundir la poesía oral. Similar a la iniciativa de Elvira Sastre en España. Es la versión argentina y participan poetas de todo el país. Organizado por Tomas Rosner, Mercedes Romero Russo, Gerardo Montoya, Alina Najlis, Mariana Alturria, entre otros.
Editoriales independientes: “¡Sálvese quien lea! del neoliberalismo nos curamos juntxs” es una iniciativa de pequeñas y medianas editoriales, librerías y cooperativas. La idea consiste en comprar al menos tres títulos “en adelanto” de los 120 ofrecidos por 27 editoriales a precios promocionales y definir en función de un listado previo de librerías dónde los retirarán una vez finalizada la cuarentena. Algunas editoriales son: El Colectivo, Milena Caserola, Santos Locos, La libre, Alto pogo, Madreselva y más.
Educativas: Seguimos educando, la plataforma del Ministerio de Educación Nacional que incorpora literatura infantil y juvenil del Plan Nacional de Lectura. En televisión abierta y redes sociales.
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