EMERGENCIA HABITACIONAL

El Gobierno porteño quiere desalojar El Hotelito del Barrio Mugica

Es un edificio de tres pisos donde viven once familias con 35 niñas y niños. Está ubicado en el sector de La Containera del Barrio Mugica de la Villa 31.


Este predio es conocido como “El Hotelito”, es un edificio de tres pisos con once departamentos, ubicado en la Manzana 7, junto a la autopista, en el sector de La Containera del Barrio Mugica. La propiedad pertenece al Gobierno de la Ciudad, que la utiliza para alojar de forma transitoria a las familias que tienen que abandonar sus casas durante las obras previstas en el programa de mejoramiento de vivienda, que forma parte del plan de urbanización que la Ciudad tiene para el barrio.
 
“Cuando llegamos estaba todo abandonado, era un juntadero de basura”, relató a Página 12 Rosalyn Purizaga que se encarga del comedor que funciona en el lugar y reclamó que “si nos desalojan no tenemos donde ir”. El 5 de octubre venció el plazo para que las familias se retiraran de forma voluntaria, pero, como se quedaron, advierten que “pueden desalojarnos en cualquier momento”. El Comité de Crisis del Barrio Mugica y otras organizaciones sociales acompañaron el reclamo.
 
De las catorce familias que llegaron en agosto, solo tres aceptaron retirarse de forma voluntaria, con la propuesta de la Secretaría de Integración Social y Urbana del Gobierno de la Ciudad: un subsidio habitacional para costear un alquiler, o bien la inclusión en el plan de mejoramiento de vivienda, en los casos en que tuvieran una propiedad a la que recurrir. Lo que plantean los habitantes de El Hotelito es que el subsidio que propone la Ciudad no alcanza para pagar un alquiler, y que además esas viviendas no estaban siendo utilizadas.
 
“Con chicos casi no te reciben acá en la villa, se complica mucho conseguir casa por debajo de los 14 mil pesos si sos una familia grande”, relató a Página 12 Rocío, que ocupa uno de los departamentos del tercer piso junto a su madre, sus cinco hermanas y sus dos sobrinos. Cuando llegaron faltaba arreglar el inodoro y limpiar, pero las instalaciones estaban en condiciones habitables.
 
“Como me redujeron el trabajo por la pandemia, ahora gano sólo 12 mil pesos, que es el único ingreso que tenemos en la familia. Estábamos viviendo de prestado, en lo de una amiga, pero hacía varios meses que ella me había pedido que nos fuéramos: aunque teníamos buena relación, ella necesitaba alguien que le pagara un alquiler y yo ni siquiera podía ayudarla con una colaboración”, señaló Carolina, la madre de Rocío, que trabaja como empleada doméstica en una casa de familia, tres veces por semana, y advirtió que “nosotros entendemos lo que nos explican las autoridades de la Ciudad pero ellos no entienden nuestra necesidad”.
 
Durante la semana cada mediodía las vecinas y vecinos se organizan para salir a buscar alimentos a los comedores y cocinar para todos. Los fines de semana, en cambio, recurren a donaciones o hacen vaquitas para poder comprar lo necesario.
 
Muchas de las mujeres llegaron ahí escapando de situaciones de violencia de género, sin respuesta desde el estado y sin la posibilidad de alquilar. Continúan enfrentándose a la amenaza de desalojo, las mujeres dicen que su pelea “es por el futuro de nuestros hijos también, si nos sacan de acá no tenemos a donde ir”. En un gran gesto de solidaridad juntan donaciones para las familias de Guernica.


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