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- 28.01.2021
MEDIO AMBIENTE
Pacientes de la residencia Warnes trabajan en su huerta
Adriana Pérez responsable de la Huerta Tierra Salud, explicó cómo trabajan los usuarios de la salud de la Residencia Asistida de Rehabilitación Psicosocial Warnes, que depende de la Dirección de Salud Mental.
Conocimos el trabajo que realizan en la Huerta Tierra Salud de la Residencia Asistida de Rehabilitación Psicosocial Warnes, ubicada en avenida Warnes 2450, en el barrio de La Paternal, que depende de la Dirección de Salud Mental. Las Residencias Asistidas en Rehabilitación Psicosocial ofrecen alojamiento flexible y transitorio a personas con Trastorno Mental Severo. Brindan respuestas a las necesidades de alojamiento, soporte social y sanitario a las personas con TMS, que se encuentren en condiciones de acceder a dicho recurso. Cuentan con un equipo de trabajo multidisciplinario constituido por operadores terapéuticos, enfermeros, psiquiatras, psicólogos, terapistas ocupacionales y trabajadores sociales. Los objetivos generales son el incremento de la autonomía, la promoción de derechos y su inclusión en la red familiar, social y de servicios de salud.
Nos recibió la terapista ocupacional Adriana Pérez, responsable de este emprendimiento, que nos explicó la modalidad de trabajo en el espacio.
Contanos cómo empezó el proyecto de huerta
En su momento este espacio era del Hospital Alvear, acá estaba la parte de mantenimiento, había un galpón. En el 2015, se abre la Residencia Asistida de Rehabilitación Psicosocial Warnes, que pertenece a la Dirección de Salud Mental del Gobierno de la Ciudad. La casa se inaugura en el 2015 y empezamos a ocupar este predio, que pertenece al Ministerio de Salud.
En el 2017 me proponen integrarme a este espacio para utilizarlo, como yo vengo con una historia de emprendimientos en otros lugares, me dicen: “que te parece si esto aparte de un taller puede llegar a ser un emprendimiento”. Me sumo al equipo que estaba acá que eran una psicóloga, un psicólogo, una psiquiatra. Teníamos ideas distintas para el espacio, yo apuntaba más hacia el emprendimiento, ellos más volcados a la huerta, al trabajo, no tanto a la producción. Después ellos hicieron la huerta adentro del hospital y nosotros nos quedamos acá, nos separamos.
Desde el 2017 se empezó a encarar como emprendimiento social. En el 2018 nos incorporamos al programa de Emprendimientos Sociales en Salud Mental, que depende de la Dirección de Salud Mental. Los emprendimientos están en distintos lugares: el Hospital Moyano, el Hospital Borda, el Hospital Tobar García, en el Centro de Salud Mental Nº 1. Se armó una red que centraliza a todos. La parte negativa es que todavía no contamos con un presupuesto para este programa.
¿Cuál es la idea de este proyecto?
La idea del emprendimiento social es tener un lugar para que los usuarios de la salud trabajen sus habilidades, empiecen a capacitarse en la tarea, pero también tiene que haber una producción y comercialización, si bien acá se trabaja lo terapéutico, hay una parte de producción. Aprenden en la tarea, en la capacitación. A los pacientes se los deriva para eso. Se hace una admisión donde hacen una parte de taller, donde se los capacita en la tarea. Cada vez que un paciente ingresa a un emprendimiento se les busca el interés de cada uno.
¿Cómo trabajan en la huerta?
Yo soy licenciada en terapia ocupacional y mi función tiene que ver con esto, con las actividades, las habilidades, soy profesional y pertenezco a la residencia de salud mental y a su vez coordino este emprendimiento. En la casa viven 18 personas, es un lugar de puertas abiertas, ellos se pueden mover y salir, no en esta situación de pandemia, sino en la normalidad. Nuestra función - somos un equipo interdisciplinario con trabajadora social, psiquiatra, psicóloga y terapista ocupacional - es que se vuelvan a reinsertar en la sociedad, les damos las herramientas. Mi mirada es ver cómo se pueden insertar en la comunidad y ver qué actividad pueden hacer, qué trabajo. A su vez es ver qué interés o qué lugar dentro de los emprendimientos pueden tener, no porque esté la huerta acá, van a venir a la huerta porque tal vez no les interesa, no les gusta.
La huerta es difícil, porque tenés que tener gente que circule, con conocimiento. Estos lugares se sostienen con los voluntarios y con la participación de la comunidad. Los usuarios son gente en situación de vulnerabilidad psicosocial, gente desempleada. La idea es que ellos participen en una actividad pero que estén con el otro, que esté abierto a la comunidad y al barrio. En el último tiempo por las redes sociales se sumó mucha gente del barrio, por suerte.
¿Qué otras actividades realizan?
Tierra Salud está por fuera del Hospital Alvear, está en este predio divino. Este año le pusimos nombre, se llama Polo de Inclusión en Salud Mental. También tenemos una parte de deporte con un profesor de gimnasia, hace unos meses agregamos la parte de arte, para convocar a espacios de la cultura, de museos, estamos incentivando para ver qué podemos hacer más adelante, como distintos talleres, además del emprendimiento de la huerta.
¿Cómo llegan los usuarios de la salud a este espacio?
Los usuarios que pasan son derivados de distintos dispositivos de Salud Mental, pueden derivar del Borda, del Moyano, del Tobar García.
Dentro del programa de Emprendimiento hay dos huertas más, una queda en Ecoparque (en el ex zoológico, en Palermo) donde hacen suculentas y la otra queda en Aranguren que se dedica a las plantas nativas. Cada uno le buscó una parte distinta.
¿Ustedes comercializan los productos de la huerta?
Tuvimos un 2018 muy bueno, llegamos a tener un circuito de comercialización, tuvimos mucha ayuda, pasaron muchos voluntarios de la Facultad de Agronomía. Pudimos vender a las nutricionistas del hospital, por ejemplo. Ese fue nuestro ingreso. Si se sostiene este circuito se generan cosas.
La idea es salir y poner puestos de venta en ferias. Con el dinero de un emprendimiento se guarda una parte y el resto se reparte entre los que participan, sería un 40% para el lugar y un 60% para repartir. Ese circuito se cortó porque no había producción, la gente no venía, no había voluntarios y ya no había para vender. Para que vengan los usuarios de la salud tienen que tener un subsidio, por eso el emprendimiento tiene que ser autosustentable y tiene que generar una mínima ganancia.
También participamos en jornadas de salud mental. Ahí te pueden llegar a comprar plantines de aromáticas, por ejemplo. A los emprendimientos sociales nos cuesta el tema de facturar cuando es una venta al por mayor, ahí dependemos de una asociación civil. Hay una que nos ayuda muchas veces. También las necesitamos para presentarnos en proyectos para subsidios y financiación. Esas son las dificultades que hay dentro de un emprendimiento. Siempre la idea es generar un lugar de producción y comercialización, y la parte terapéutica. Gestionar esos recursos.
¿Quién mantiene este espacio?
El mantenimiento de la casa es del Hospital Alvear, así también como las viandas que consumen los usuarios.
¿Tienen vinculación con otras huertas?
En 2019 se sumó la gente de Inter Huertas, nos empezamos a vincular con huertas barriales y empezamos a hacer compost. Vino Carlos Briganti, de El Reciclador Urbano, armó una jornada donde vinieron huerteros y se armó el centro de compostaje.
El compost lo hacemos con hojas, la parte orgánica como cáscaras de fruta y verdura y el pasto que se corta en el predio. Tenemos cuatro cajones que tienen diferente tiempo. De ahí sacamos para rellenar en la huerta porque el terreno no tiene buena tierra, hubo que rellenar un montón, y todavía se encuentran muchos escombros, piedras, vidrios, porque este espacio se utilizaba para tirar todo lo que arreglaban del otro lado.
¿Cuánta gente participa del emprendimiento?
De usuarios de salud mental 10, 11, ahora hay 7 fijos. Cuando logramos alguna beca de capacitación como el Promover o el programa Adolescencia, ellos también derivan gente. Los usuarios vienen porque están cobrando una capacitación y vienen tres veces por semana, es una contraprestación. Tienen que tener el presentismo. Con eso se trabaja la responsabilidad, cumplimiento del horario, se distribuyen mejor las tareas, algunos se ocupan del compost, otros de regar la huerta.
Un emprendimiento como este tiene que funcionar como mínimo cuatro veces a la semana. La huerta exige bastante.
¿Qué proyectos tienen para el futuro?
Seguimos proyectando, para el año que viene estamos armando un proyecto sobre soberanía alimentaria junto con Nación. Estamos generando un proyecto en conjunto con el equipo de Salud Mental de Nación. La idea es que este espacio pueda ser un lugar en el que se pueda producir. En el mientras tanto, ahora que estamos en la etapa de la DISPO (Distanciamiento, Social, Preventivo y Obligatorio), es generar este movimiento con la comunidad, la salud mental, discapacidad.
Hace un tiempo, unos voluntarios construyeron un horno de barro donde se hace pan, pizzas, y armamos reuniones alrededor, en este espacio hermoso. Tenemos el proyecto da plantar nativas también.
La idea es trabajar con la gente del INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social), que están conectados con distintas cooperativas, puntos de venta, para mover más la comercialización.
Para contactar con Huerta Tierra Salud:
Instagram: @tierra_salud
Facebook: Tierra Salud
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