NUEVA DENUNCIA

Otra mujer denunció a Gianola: “Estaba muerta de miedo y sabía que podía ser violada"

El actor suma una nueva acusación. Se trata de un hecho ocurrido en 2012 contra una empleada de un hotel de Chubut. Así la justicia de la provincia abrió una nueva causa.

Fabián Gianola fue denunciado otra vez por una nueva mujer que lo acusa por hechos sucedidos en 2012 en la provincia de Chubut. Hace unas horas, la Justicia chubutense abrió una nueva causa contra el actor por abuso sexual, tras la declaración de una mujer de la que no se dio a conocer su identidad para protegerla. Ya son cinco las mujeres que lo acusan de abuso sexual y acoso.
 
Las denuncias presentadas ante la Justicia fueron hechas por Fernanda Meneses, Viviana Aguirre, Griselda Sánchez y una empleada doméstica que trabajaba cerca de su casa. Sin embargo, la jueza Ángeles Gómez Maiorano dictó la falta de mérito a Gianola por considerar que “no había pruebas suficientes” para imputar o declarar su inocencia en dos de los 12 delitos en los que fue denunciado.
 
Además de las denuncias mediáticas de Andrea Ghidone, Dallys Ferreira y Celina Rucci, como Luciana Salazar, Fabiola Yáñez, Mercedes Funes y Stefanía Xipolitakis, el actor recibe ahora una nueva denuncia legal.
 
Luego de ser suspendido de manera preventiva de la Asociación Argentina de Actores, el actor fue indicado por un abuso en Chubut en 2012. Se trata de una trabajadora llamada N que era masajista de un hotel y había sido contratada por Gianola.
 
En Nosotros a la mañana, la periodista Pampa Mónaco destacó que en la denuncia presentada en los Tribunales de Chubut se lee: “El hecho ocurrió en el Hotel Playa, que estaba ubicado en Julio Argentino Roca al 600, en Chubut, que se vendió y se demolió. El acoso calcula que fue en el 2012 aproximadamente”.
 
Y agregó: “Ella trabajaba para el hotel prestando servicios de masajes terapéuticos y reflexología. Y cada vez que un pasajero quería masajes descontracturantes, la recepción del hotel la llamaba”.
 
En la denuncia, la mujer declaró: “Un día me llaman porque Fabián Gianola y parte de su elenco estaban hospedados en el hotel. Y Gianola quería mis servicios de masajes. Coordinamos la hora y me dirigí al lugar llevando mi camilla muy contenta porque tenía que hacerle masajes a un famoso. Cuando me llevan él estaba esperándome cubierto con una toalla chica en la zona íntima. Era la primera vez que me pasaba con un cliente”.
 
“Me puse un poco nerviosa pero iba a hacer mi trabajo. No le di importancia. Lo que me incomodó todo el tiempo que le di masajes es que no paraba de hacer poses en la camilla. Y también de todo el tiempo pedirme que le haga masajes en los glúteos y debajo de los glúteos, a lo que yo no accedí”, continúo.
 
Enseguida, la mujer que denunció a Gianola en la Justicia de Chubut declaró en la causa: “Cuando culmino y cierro mi camilla, él estaba semisentado en la cómoda con las piernas abiertas cubierto con la misma toalla pequeña. Me pregunta lo que le sale de costo, le digo y me agarra con las piernas”.
 
En su relato, la masajista siguió con la escena del abuso: “Me abraza y me empieza a besar. Allí empiezo a hacer fuerza para salir. Estaba muy asustada. Jamás había vivido una situación así, muerta de miedo, sabiendo que podía ser violada o abusada. Me suelta y me dice: ‘¿Sabés quién soy yo? Soy Fabián Gianola. Vas a estar con Fabián Gianola, negrita’. Ahí le respondí: ‘¿Y? Si hubieras querido otra cosa, el hotel te lo hubiera dado’”.
 
Sin embargo el abuso siguió: “Me sigue besando sin soltarme y le digo que solo le fui a hacer masajes. Me dice: ‘Negrita, le vas a contar a tus amigas que estuviste con Fabián Gianola’. Le vuelvo a decir que solo fui a hacer masajes’. La cama estaba al lado. Veía esa cama y le pedía a dios que me ayude. Logro que me deje de besar. No sé si forcejeé mucho o qué le dijo, pero me dejó de besar y tocar. Le dije que me iba a mi casa a darle de comer a mis hijos y volvía. Me suelta y me dice que le encantó la idea”.
 
“En ese momento, me dijo que me esperaba y que pedía la cena y algo para tomar como accediendo a un encuentro sexual. Y le dije que sí, dando por hecho que volvía al encuentro con él. Agarro mi camilla y me voy temblando del lugar. Caminé dos cuadras hasta la parada del colectivo, perseguida, asustada, temblando, muerta de miedo. No podía creer lo que me había pasado. Subo al colectivo, llamo a mi amiga, le cuento lo que me pasó y trata de tranquilizarme”, concluyó.


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