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- 18.07.2022
CIUDAD
"El mapa de la policía le pone los pelos de punta al larretismo", por Werner Pertot
Diversas organizaciones, entre ellas el CELS, y la legisladora Ofelia Fernández, lanzaron un mapa para denuncias de violencia policial. Virulenta respuesta de la derecha.
Se trata de una plataforma web, llamada "Mapa de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires": se propone como una forma de participación ciudadana para identificar y denunciar situaciones de violencia institucional que cometan agentes de la Policía de la Ciudad. La iniciativa es un trabajo conjunto de la Asociación Contra la Violencia Institucional (ACVI), el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), EDiPo (Revista Crisis) y el medio popular El Grito del Sur. Se presentó en la Legislatura porteña y la difundió por su cuenta de Twitter Ofelia Fernández, quien fue la primera en recibir las respuestas de la derecha: se vio, por ejemplo, a un diario que apoyó a todas las dictaduras del siglo XX decir que la iniciativa era “fascista” porque permite denuncias anónimas.
Lo que el mapa permite es dejar una denuncia que no es formal sobre casos de violencia institucional. Pero la propia página le recomienda a la víctima que haga la denuncia penal correspondiente y da detalles de cómo puede hacerlo. También enseña los distintos recursos este tipo de violación a los derechos humanos, entre ellos, qué hacer ante detenciones arbitrarias, registros fílmicos del accionar de los agentes, e información sobre violencia de género, migrantes y vendedores ambulantes.
Es decir, es una página que da información útil para todo ciudadano y ciudadana y enseña a defender sus derechos. Imperdonable para la derecha.
La página también muestra las comisarías de todas las comunas porteñas, el organigrama de la Policía de la Ciudad y su funcionamiento. También se puede acceder a los casos de violencia institucional ocurridos en cada jurisdicción. O sea que también brinda datos sobre las denuncias ya conocidas, que hasta ahora existían como información de forma fragmentada.
"Es una herramienta fundamental para pensar otra forma de acceso a la información y organización ciudadana, no sólo para enfrentar la violencia policial sino para democratizar y repensar quiénes y con qué derechos habitan la ciudad", indicó Ofelia Fernández en la presentación que hizo en sus redes. En la misma línea, desde el CELS señalaron que "si bien la Policía de la Ciudad es una fuerza relativamente nueva y en muchos aspectos moderna y con nuevas tecnologías, sigue arrastrando muchas lógicas de opacidad que necesitan de este tipo de herramientas para hacerlas visibles".
Los datos que mostraron arrojan algunas lógicas: en seis años, la Policía de la Ciudad mató, al menos, a unas 38 personas en casos de gatillo fácil dentro del territorio porteño. Según el informe de El Grito del Sur que acompaña al mapa, 2 de cada 3 casos se produjeron en los barrios de la zona sur de la Ciudad, con preeminencia en Lugano (que tiene seis casos). El 71 por ciento de las víctimas tenían menos de 35 años cuando fueron asesinadas. Siete de ellas eran menores de 18, nueve tenían entre 18 y 25 años y otros once entre 25 y 35. El informe también advierte que 11 de los casos fueron en persecuciones a los tiros, con policías fuera de servicio en seis de ellas. Cuatro de los asesinatos fueron en el contexto de un robo. Siete de los muertos recibieron uno (o más) tiros por la espalda. La doctrina Chocobar.
De los policías acusados, solamente dos fueron condenados a perpetua: Adrián Otero, por el homicidio en 2017 de Cristian "Paragüita" Toledo Medina; y Sonia Soloaga, la policía que mató a una pareja de jubilados, en 2019, luego de ingresar a su domicilio para robarles.
La iniciativa plantea una herramienta para la ciudadanía, pero también viene a romper cierto consenso sobre cómo deben actuar las fuerzas de seguridad que Macri quiso instalar en su presidencia y que continúa, en buena medida, en la Ciudad. Las respuestas virulentas desde los medios amigos dejan pocas esperanzas de que el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta tome el guante de estas denuncias para mejorar y corregir el accionar policial. No obstante, si la población la hace propia, bien puede servir como una herramienta de denuncia.
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