CIUDAD

Denuncian que el Gobierno de la Ciudad “entrega los espacios comunes a las empresas"

Así lo indicó la fundadora de la Asociación Basta de Mutilar Nuestros Árboles, quien señaló que la tala indiscriminada representa un "avance sobre suelos absorbentes, como los humedales y la entrega de tierra pública a emprendimientos privados".

La fundadora de la Asociación Basta de Mutilar Nuestros Árboles, María Angélica Di Giacomo, criticó hoy al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta por sus políticas sobre los espacios verdes y espacios públicos. En particular, criticó la tala indiscriminada de árboles que realiza el Ejecutivo porteño, lo que produce un "avance sobre suelos absorbentes, como los humedales y la entrega de tierra pública a emprendimientos privados".
 
Di Giacomo resaltó que el Gobierno de la Ciudad "utilizan los bienes comunes para ganancia de unos pocos". "Pusieron árboles de metal en las plazas donde juegan los niños, no les importa el verde. Buscan formar a las niñeces en la artificialidad y la banalidad, ya casi no hay un lugares donde puedan ir a jugar y estar con la naturaleza", sostuvo.
 
En el marco del día de la Pachamama y en dialogó con Elizabet Vega Gron y Javier Corcuera en el programa Lugares Comunes de Radio Caput , Di Giacomo destacó que “es un tema integral, no se trata de cuidar sólo mi cuadra sino de ver a la ciudad como un sistema con relaciones con otros territorios. Todo se relacione en el ambiente”.
 
Con respecto a la viralización de los árboles artificiales de Rodríguez Larreta, Di Giacomo describió a la situación como tragicómica, "los árboles se cayeron con las lluvias. La imágenes de esos árboles de metal trajeron gran indignación, sentí que no tenían en cuenta esto por lo que tanto luchamos", sostuvo.
 
La ambientalista sostuvo que "vemos a diario que en CABA maltratan a la naturaleza, los espacios verdes están en riesgo, sumado a la entrega de los terrenos en la costanera y otros espacios públicos". Sobre sus decisión de protegerlos y formar la Asociación, manifestó María Angélica Di Giacomo que "somos un grupo ciudadanos que llevamos 10 años en esto. Comencé por la angustia que me produce el destrozo sistemático de seres vivos que sufren un daño irreparable, como lo árboles pero hoy tenemos varias ocupaciones más". "Me di cuenta que sola no lograba nada, necesitamos unir fuerza". Por eso, contó que su lema es: "La acción nos salva y la unión nos fortalece".
 
En cuanto a los problemas que presenta la Ciudad de Buenos Aires en el cuidado el ambiente resaltó que "las empresas de construcción destruyen arboles con permiso de las comunas, ya que nunca se sanciona ese vandalismo. Las podas producen un gran daño, es irreversible, lo hacen en plazas y en calles. Todos están siendo podados, sufren heridas que no se pueden subsanar". Las consecuencias son que los árboles "se enferman más fácilmente, son más vulnerables y quitan los beneficios que  da el follaje. Por regla podan 70.000 árboles por año, sin tener en cuenta las particularidades". Este año, una vez más, procedieron a la poda invernal pese a las apelaciones, "nos apoyan sentencias judiciales, especialistas, parte del poder legislativo, la red argentina por el paisaje. Sabemos que tenemos razón, nunca pudieron atacar nuestros fundamentos" reflexionó Di Giacomo .
 
A su vez, contó acerca del pobre mantenimiento de espacios verdes que el riego artificial está mal implementado ya que ahoga a las palmeras y árboles añosos. "Plantan grama bahiana que no es de este clima y para mantenerla ahogan árboles centenarios" por lo que hay "problemas de diseño y cuidado" añadió.
 
La especialista le definió como "extractivismo urbano por el cual dejan a discrecionalidad de particulares y empresas para dañar y usufructuar espacios comunes, así vemos las veredas ocupadas por mesas de bares, cemento por todos lados, y estamos a punto de perder definitivamente la costa del Río de La Plata". Y subrayó que "utilizan los bienes comunes para ganancia de unos pocos".
 
Por último advirtió que "la crisis climática es irreversible, en el verano se verán las consecuencias, nos estamos quedando sin protección. Debemos ver más allá de nuestro ombligo y sumarnos al trabajo colectivo para proteger nuestro derecho a la naturaleza, que da bienestar físico, mental y ambiental".
 


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