- Política
- 19.04.2023
ELECCIONES 2023
Boleta electrónica y las irregularidades de las cinco empresas que podrían gestionarla
Horacio Rodríguez Larreta decidió una nueva modalidad para votar este año y hay cinco compañías que podrían llevarla a cabo. Sin embargo, todas ellas presentaron fallas en las elecciones que realizaron.
Todas las compañías que podrían gestionar el voto electrónico presentan antecedentes de numerosas irregularidades, incluido el hackeo a la votación de 2015.
Según consignó el medio Política Argentina, la Boleta Única Electrónica (BUE) es un tipo de voto electrónico, tal como lo patentó la empresa Magic Software Argentina (MSA), que tuvo a cargo los comicios, pero como todo sistema electrónico puede ser intrusado: de hecho cuando se usó en CABA en 2015, las primeras elecciones que catapultaron a Rodríguez Larreta a la jefatura de Gobierno, la propia empresa MSA dijo que su sistema fue vulnerado y lo confirmó un peritaje de la Policía de la Ciudad.
El sistema de BUE implica que una persona selecciona en la computadora su voto y éste se graba en una boleta especial de dos formas: con un chip RFID y se imprime. El votante puede chequear que lo que grabó en el chip sea lo mismo que lo que está impreso, pero nada garantiza que la computadora le muestre una cosa a la hora de votar y haga otra a la hora de contar.
Cuando se utilizó la BUE en CABA la Defensoría del Pueblo hizo un relevamiento y arrojó que el 26% de los votantes no verificó que el voto impreso coincidiera con el que había elegido y supuestamente grabado en el chip. Por ejemplo, en Neuquén, la Universidad del Comahue hizo un informe donde afirma que “el 25% de votantes de las mesas observadas leyó lo impreso en la boleta de papel”, con lo cual el 75% no revisó.
Rodríguez Larreta insiste que el voto electrónico es confiable, eficiente y rápido. Podría decirse que no es confiable, puesto que en 2015 en CABA fue hackeado, mientras que en Neuquén no hubo auditorías del sistema de voto electrónico y la Universidad del Comahue detectó varias fallas el día de la votación. En tanto que la “eficiencia” también está en duda dado que la misma Universidad del Comahue publicó que durante las elecciones en Neuquén el tiempo promedio para el sufragio con voto electrónico fue de 1,9 minutos y con boleta de papel en Río Negro fue de 1,3 minutos. Un 31% más rápido votar con papel.
Los postulantes
La empresa Clarín publicó que en estos días Larreta pondrá en marcha el proceso para implementar el voto electrónico en CABA. Aseguran que “hay 5 empresas interesadas en quedarse con un contrato estimado en $ 2 mil millones” y que son Magic Software Argentina, Smartmatic, Miru System (coreana), Dominion Voting (estadounidense) e Indra. Ninguna tiene buenos antecedentes.
Hackeada
En el caso de MSA es la que patentó el voto electrónico a través de la BUE, que hizo elecciones en Salta, Neuquén y CABA. En 2015, en las que Rodríguez Larreta le ganó por escaso margen a Martín Lousteau, la propia empresa reconoció que le hackearon el sistema. Un peritaje de la Policía porteña confirmó la intrusión 2 días antes de los comicios, que se hicieron igual en esas condiciones. No se puede asegurar que el resultado publicado sea el real. Este cronista le consultó por el tema a Lousteau, que reconoció que sabía que sistema fue hackeado pero luego aceptó el cargo de embajador en Estados Unidos.
El peor software
Smartmatic es una vieja conocida para el PRO: es la firma a la que Macri entregó la transmisión de los telegramas desde las escuelas al centro de cómputos y el sistema de recuento provisional de los votos en 2019. En su momento que de las 3 empresas que se presentaron para realizar el conteo de los votos Smartmatic fue la que obtuvo la peor calificación técnica. Es decir, que tenía el peor software para ofrecer. Pese a esto, se quedó con la licitación ya que ofreció el precio más barato. Este medio publicó que un informe judicial reconoció que el sistema de Smartmatic “funcionó de forma totalmente defectuosa” en las PASO 2019. Al igual que con MSA, Smartmatic nunca entregó el código fuente de su funcionamiento para que fuera auditado. Al poner a Smartmatic el macrismo desplazó a Indra, histórica empresa ligada al escrutinio provisional de los votos.
Denuncias por irregularidades
Miru System es de Corea del Sur. Durante el gobierno de Macri apostó a que se aprobara el voto electrónico a nivel nacional. Mientras el tema se debatía en el Congreso, que finalmente no lo aprobó. Miry System mandó un buen número de máquinas de votación que se guardaron en galpones del entonces Ministerio de Modernización que comandaba Andrés Ibarra, un fiel de Macri que ahora va por la presidencia de Boca. Esas mismas máquinas terminaron en el Congo, donde hubo muchas denuncias por irregularidades.
Denuncias de fraude
Mientras que la estadounidense Dominion Voting está radicada en Delaware, una guarida fiscal. Manejó los sistemas de votación de un buen número de estados en su país de origen y tuvo varias denuncias de fraude. Entabló un pleito judicial con Fox News, que finalmente terminó en un acuerdo donde la cadena de noticias pagó 787,5 millones de dólares por una supuesta difamación. Pero Estados Unidos ya tiene antecedentes de irregularidades en votaciones con tecnología de por medio desde que en el 2000 George Bush se impuso a Al Gore.
Antecedentes recientes
Neuquén votó por segunda vez gobernador con el sistema de Boleta Única Electrónica. La provincia que tiene en su territorio gran parte de la apuesta al desarrollo futuro a través de Vaca Muerta elige su gobernador con un sistema electrónico cuya vulnerabilidad ya está probada: en 2019 el entonces candidato a vicegobernador Darío Martínez denunció que no les permitieron auditar el sistema de voto electrónico antes de la elección. “Ojalá sea la última elección con voto electrónico”, dijo por entonces Martínez. Empero, el fin de semana pasado, los neuquinos volvieron a través de esta modalidad con un sistema electrónico que no fue auditado.
Auditar un sistema
El ejemplo neuquino marca la importancia de una auditoría de un sistema informático previo a utilizarlo en unos comisios, siendo que demora mucho tiempo. En este caso en algo clave como un sistema de voto electrónico lo único que hubo en Neuquén fueron dos breves audiencias. En la primera, se le mostró el código fuente a los apoderados y fiscales informáticos de cada partida, código que no fue analizado, ni se simuló un ataque para encontrarle posibles vulnerabilidades, etc. En la segunda para que los representantes partidarios avalaron la copia de los CDs que se utilizarían en las máquinas, nada más. Valga la redundancia, el ejemplo neuquino demuestra que hace falta muchísimas más intancias para auditar y comprobar la seguridad de un sistema de BUE.
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