OPINIÓN

"Otra vez contra los sin techo", por Werner Pertot

El ministro de Seguridad porteño difundió una fake sobre un fallo judicial que, en realidad, mostraba su persecución a las personas en situación de calle. Una circular del SAME mostró una estrategia de internarlos en psiquiátricos.

Dos hechos sistemáticos y coincidentes de la semana pasada volvieron a mostrar una estrategia del gobierno de Jorge Macri hacia las personas sin techo que, por lo menos, está reñido con la Constitución. Antes de entrar en el análisis críticos de estas dos noticias, quiero aclarar dos cuestiones obvias: la primera, hacen temperaturas bajo cero y el deber del Gobierno porteño es asistir a las personas sin techo para que no muera (también es su deber cuando no hace este frío). Esto no es lo mismo que “limpiarlas” de las calles para que no se las vea. Segundo, hay personas con trastornos psiquiátricos que requieren una internación (no todas, solo cuando son peligrosas para otros o para si mismas). Esto no debe confundirse con una suerte de plan para internar en psiquiátricos a personas por su sola condición de estar viviendo en la calle.

Las dos situaciones que se vivieron la semana pasada son coincidentes con el discurso que tanto el jefe de Gobierno como sus funcionarios de seguridad plantearon sobre las personas en situación de calle: que son peligrosas, que molestan, que hay que sacarlas de la calle de forma compulsiva si hace falta, que ya no van a poder dormir en calles porteñas.

La semana empezó con una fake news del ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff. Dijo que había un fallo judicial que obligaba a liberar delincuentes sin techo y a devolverle las “armas blancas” que les habían secuestrado. Como dicen los colegas judiciales Irina Hauser y Néstor Espósito, el fallo no dice nada de eso.

Lo que dice el escrito de la jueza Natalia Ohman es que había que anular la detención y requisa ilegal a 125 indigentes, dado que los arrestos fueron arbitrarios (en algunos casos, literalmente, por portación de cara). De la lectura del fallo se desprende que las “armas blancas” que mencionaba Wolff no eran otra cosa que cuchillos tipo Tramontina y destornilladores que usaban para romper bolsas de basura adentro de los contenedores o cortar cartones para transportarlos y luego venderlos. Algunos hasta contaron que los usaban para comer a los policías que, igual, los detuvieron.

Lo que revela ese fallo es que sigue habiendo, evidentemente, un sistemático hostigamiento a cartoneros y sin techo por parte de la Policía de la Ciudad que cuenta con el apoyo cuando no la orden explícita de las más altas esferas políticas.

Pero hubo un segundo indicio preocupante en la semana que pasó. Se conoció una circular del SAME para institucionalizar a las personas en situación de calle como pacientes psiquiátricos. Lo fueran o no. Textualmente dice que “personas en situación de calle con o sin trastornos psiquiátricos deberán ser trasladados a hospitales de la ciudad en todos los casos, independientemente de si tienen o no criterio médico. Si es necesario se convocará a la colaboración de la Policía de la Ciudad”.

“La orden de trasladar a la fuerza a los hospitales a personas en situación de calle sin criterio médico equivale a una especie de Estado de sitio no declarado que suspende las garantías constitucionales, propio de las dictaduras, y hay una intención de usar al personal sanitario como fuerza parapolicial que debe realizar traslados forzados (detenciones) sin criterio médico”, advirtió Leonardo Gorbacz, autor de la Ley Nacional de Salud Mental.

Después de esto, el titular del SAME, Alberto Crescenti, aclaró que se trató de un error en la redacción, que lo que se buscaba era colaborar con las personas que estén expuestas a morir por hipotermia. No obstante, la circular no dice nada de eso. La dieron de baja.

Una cosa es intentar evitar que alguien muera por hipotermia. Y otra muy distinta es lanzar un plan para utilizar el Borda y otros hospitales para sacarse de encima a las personas en situación de calle. De hecho, trabajadores del Borda confirmaron que, por lo menos, desde febrero –cuando el frío no era un tema- aumentó la frecuencia de internaciones de personas en situación de calle. Esperemos que no se trate de la política sistemática que pareció esbozar esa circular fallida del SAME.

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