COMUNA 15

Club Conjura, un espacio cultural que trae música a La Paternal

Hace un poco más de un año abrió Club Conjura en el mismo lugar donde supo estar La Comunidad del Sótano, Nicasio Oroño 2476, en el barrio de La Paternal. Nicolás y Karen se conocieron ahí y decidieron abrir este espacio cultural dedicado a la música y las bandas emergentes.

Dafne Strobino

Conocimos Club Conjura, un espacio cultural que busca darle visibilidad a las bandas emergentes de la escena porteña. Charlamos con Nicolás y Karen, quienes llevan adelante este proyecto junto a un grupo de amigues, ellos se conocieron es este lugar cuando funcionaba La Comunidad del Sótano.
 
¿Por qué decidieron abrir Club Conjura acá?
 
Karen: A mediados del 2019 cerró La Comunidad del Sótano, yo trabajaba como camarera y Nico solía venir a tocar con su banda, así nos conocimos.
 
Nicolás: Fue bastante casualidad que hayamos vuelto acá, porque en realidad yo tenía una sala con un amigo en Cucha Cucha y Trelles, era un PH, se nos terminaba el contrato y justo volviendo del laburo paso con la bici y veo que lo alquilaban de nuevo.  En la pandemia vivía un tipo que tenía una carpintería que le hizo un entrepiso. Primero estuvimos unos 5 o 6 meses haciendo eventos para juntar plata, contactamos al dueño que se acordaba de Karen que trabajaba acá, fue todo con mucha suerte y esfuerzo.
 
Es como que todo es parte de un chorizo de historia, hay muchas casualidades que se dieron para que podamos abrir acá. Cuando buscábamos lugar, vimos otros lugares que no nos terminaban de convencer, este era bastante más caro que los demás, también tenía esto: ya sabíamos con qué cosas buenas nos íbamos a encontrar y con qué cosas malas.
 
Karen: También teníamos toda la historia Del Sótano que iba a traer mucha gente y muchos curiosos que iban a decir: “che volvieron a abrir”, a la gente que le trae buenos recuerdos, obviamente. Mucha gente vuelve. Volver a abrir algo del barrio, algo cultural. Nosotros nos conocimos acá, varios de los chicos también. Es parte importante de nuestra historia.
 
¿Cuándo abrieron?
 
Nicolás: El 13 de mayo del año pasado. Los primeros seis meses teníamos la plata muy justa, no pudimos esperar a abrir y hacer toda la infraestructura que necesitamos y todas las habilitaciones, tuvimos que abrir y empezar a trabajar. Estuvimos cuatro meses más o menos con la persiana baja.
 
Karen: De mayo a noviembre fue todo medio clandestino, con todo cerrado, tampoco teníamos los carteles de afuera, ni las luces, después cuando ya abrimos las puertas vimos que la gente entraba acá y no sabía si era el lugar o no, como no había ningún cartel, no decía nada.
 
Nicolás: Trabajábamos con bandas que nos conocían de otro lado, no podíamos levantar mucho la perdiz.
 
¿Cómo los trató la pandemia?
 
Nicolás: Durante la pandemia, en la sala con un grupo de amigos, con Karen y con Fede que es el presidente de la Asociación Civil, empezamos a hacer streamings, hacíamos una especie de programa donde presentábamos a una banda, hacíamos una entrevista, tocaban uno o dos temas y lo transmitíamos por Youtube. Apenas se liberó un poco hicimos festivales en el Parque de La Isla con sonido prestado, tocaban cuatro bandas. Habremos hecho unos diez festivales.
 
Karen: Sí, hacíamos uno por mes, más o menos. Era a la tarde.
 
Nicolás: En el verano estaba bueno, a la gente le copaba, le gustaba. Lo bueno de La Isla es que como no tiene vecinos cerca ni nada, no jodés a nadie. Tenemos más problemas acá con los vecinos que allá.
 
¿Cómo es su relación con los vecinos y vecinas?
 
Nicolás: Lo bueno de este lugar es que sabíamos con qué nos íbamos a encontrar, con Cristina en la puerta queriéndose matar. Cuando estábamos haciendo la mudanza, la señora pasaba con los perros, y nos preguntaba: “¿Qué van a hacer acá?” No hay contaminación sonora, de hecho con esta vecina fueron a hacer la medición y el resultado dio bien, pero a la señora le sigue molestando.
 
Nosotros nos presentamos con todos los vecinos de la cuadra, les explicamos qué íbamos a hacer, les dimos nuestros números de teléfonos. La onda es no molestar a nadie, de hecho los vecinos vienen acá a pasar un rato. A veces cuando prendemos la parrilla afuera, para algún evento, se ponen re contentos, vienen y comen.
 
¿Cuántos son ustedes?
 
Nicolás: Nosotros trabajamos todos de otra cosa y después durante la semana venimos a trabajar acá después del laburo y el fin de semana nos turnamos para cubrir los horarios en que abrimos, esa es nuestra metodología. En la Asociación Civil somos 11, pero de esos 11 venimos a trabajar 6 personas. Abrimos algunos domingos también. Seremos unas 10 personas. Algunos con un poco más de intensidad, depende de quién se encargue de cada cosa.
 
¿Cómo fue obtener la habilitación?
 
Nicolás: Karen estuvo a cargo de la habilitación.
 
Karen: No recurrimos a ningún gestor, entonces fue como muy leer todas las leyes e ir consiguiendo los papeles, ir preguntando en otros centros culturales, pero fue todo sentarse, leer, llamar, preguntar y así nos rebotaron un par de veces algún que otro papel, pero finalmente pudimos. Quizás tardamos un poco más.
 
Nicolás: MECA (Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos) nos ayudó mucho. Hicimos la Asociación Civil. Son un millón de cosas que nunca se terminan. Ahora estamos haciendo la ventilación mecánica, poniendo un motón de plata solo para la parte legal y los planos. Pero bueno, está bien que sea así.
 
¿Qué otras actividades hacen acá?
 
Nicolás: Nosotros hacemos música en vivo mayoritariamente, también hay exposiciones de pintura, fotografía y se festejan cumpleaños. Hicimos festivales para el 24 de marzo, la primavera, año nuevo, para el cumpleaños de Conjura. Pero, generalmente tocan bandas en vivo, son más género rock nacional o poco más rock psicodélico, medio Spinetta.
 
También ensaya una banda que se llama Jardineros, que empezaron hace poco, son gente que ya conocemos desde hace mucho. Nosotros tratamos de arreglarnos con los amigos que tenemos, no salir a buscar nada desconocido.
 
También tengo mi taller, soy técnico electrónico y Wally tiene su taller de luthería, es mi compañero con el que tenía la sala, entonces compartimos taller.
 
Karen: Otro de los chicos se dedica a sacar fotos, otros editan, casi todos son músicos, Fer pinta.
 
Nicolás: Joan es tatuador, tiene un local en Dickman y San Martín que se llama Freedom Art. Él hizo los murales acá adentro. Vamos haciendo todo de a poquito, pero siempre semana a semana tratamos de hacer algo que nos propongamos. Todo está a disposición de la música.
 
Hicimos un evento de fichines, trajeron juegos de arcades de programadores nacionales, gente que hace prototipos de videojuegos. Algunos chicos trabajan de diseñar videojuegos, tienen un podcast que hablan todo de videojuegos, hicieron un evento acá, armaron una feria de todas cosas relacionadas a los videojuegos. Trajeron máquinas para que la gente juegue y el evento fue un podcast en vivo y terminó con una fiesta.
 
Es gente con la que compartimos filosofía de vida pero en otro rubro distinto. Tratamos de mantenernos en nuestro círculo con el que nos sentimos cómodos, no mezclamos mucho con gente que no piensa como nosotros o que sabemos que nos va a hacer llevar un chasco.
 
¿Ustedes son de La Paternal?
 
Nicolás: Sí, nosotros vivimos en Gavilán y Jonte, a una cuadra de la cancha de Argentinos. Yo, en realidad, soy de La Matanza, me mudé hace 7 años a Paternal cuando teníamos la sala y después nos conocimos con Karen, empezamos a salir, nos pusimos novios y nos mudamos juntos a Gavilán.
 
Karen: Yo era de Almagro. Hay otros de los chicos que son de La Paternal, nos juntamos acá, nos conocimos en este barrio  y quedamos nucleados acá.
 
Nicolás: Antes nos juntábamos en la sala. Eso está bueno de La Paternal, que es un barrio  en una zona céntrica de la Ciudad. La gente de La Paternal sigue siendo súper familiera, es muy accesible, muy humana. Creo que si ya te vas a un lugar como por ejemplo Villa Crespo, que es cerca y no es así, está muy globalizado. Siempre me sentí re cómodo en La Paternal porque la filosofía de vida de la gente es muy similar a la de donde yo vengo. Somos gente bastante sencilla, queremos compartir este lugar con gente que tenga los mismos objetivos que nosotros.
 
¿Reciben algún tipo de subsidio?
 
Karen: Ya no hay financiamiento. Muchos espacios se sostenían sabiendo que algún subsidio o algo iba a salir, que iba a permitirte comprar equipos que son carísimos, que llevan un montón de tiempo. Las luces que tenemos ahora las compramos por un subsidio que dio el Ministerio de Cultura de Nación en la pandemia. Nunca hubiéramos podido comprarlas de otro modo.
 
Pero hay un montón de trabas, y nosotros como espacio cultural aportamos al barrio, aportamos a los trabajos, aportamos a la cultura, a un montón de cosas, no está visto todo ese trabajo que nosotros hacemos.
 
¿Tienen algún proyecto o sueño que quieren cumplir?
 
Karen: Ahora el objetivo que tenemos es poder llegar más al barrio, lo que nos pasa ahora es que somos como un bar nocturno, con la música en vivo, que quizás los vecinos de afuera lo ven como un boliche y nuestro objetivo es abrir más e invitar a otras propuestas e invitar más al barrio.
 
Nicolás: Esta zona de Paternal es muy diferente durante el día, de día es una cosa y de noche es completamente distinta.
 
Karen: De día es de muy de trabajadores de fábrica, talleres mecánicos.
 
Nicolás: A la tarde tal vez está explotado de gente y a las 6 ya no hay nadie.   
 
Karen: Y nuestra cuadra en particular, los vecinos son gente mayor en general. Cuando nos presentamos y les decíamos lo que íbamos a hacer, nos tiraban buena onda.
 
Nicolás: El día de la primavera, que hicimos el año pasado, tocaron bandas que ya habían tocado en nuestro festivales, que nos gustan a nosotros, esos eventos son a puertas abiertas.
 
Karen: Queremos abrirnos al barrio e internamente, con los que trabajamos acá, poder profesionalizar el trabajo y concretarlo. Empezamos trabajando sin poder pagar ningún sueldo, hasta que poco a poco fuimos como pagando una jornada de trabajo, y siempre nos proponemos ir agregando más puestos de trabajo, que sirve como una changa más o un complemento salarial. Los que son más chicos, que están estudiando, les sirve.
 
Nicolás: A mí me permite poder venir ensayar con mi banda, grabar y no gastar un peso. Mi banda se llama Los Vatos de Mota.  
 
El sábado 28 desde las 16 horas vamos a hacer un festival en la calle para festejar fin de año, se llama Matando al Año. Será un festival callejero con música en vivo, arte, feria, parrilla y barra popular. Van a tocar Nicolás Barrios, Leo Nicastri, Marchitorial, Glassrows, Los Vatos de Mota, Manila, Luka Nicolau. La entrada es libre y gratuita. 

Nosotros tratamos cada dos meses hacer eventos nuestros, abrir para los vecinos, para nuestros amigos y que sea una invitación de Conjura para los de afuera y mostrarles las bandas que a nosotros nos gustan, los artistas que a nosotros nos gustan, que la gente se sienta cómoda, por ahora esa es la manera que tenemos de acercarnos.

Además, arrancancamos una colecta de fin de año para apoyar al club El Protrero de Dios en Villa Fiorito. Todo lo recaudado será destinado a la compra de materiales deportivos.

También la idea es tratar de, para el año que viene, poner una agenda en común con otros centros culturales, como lo de “Mañana es mejor”, que se hace en varios lugares, con una temática particular.
 
¿Por qué eligieron el nombre de Club Conjura?
 
Karen: Para inspirarnos hicimos como un cadáver exquisito y un amigo nuestro estaba leyendo un libro y dijo: “yo tengo como una palabra” y salió conjuro, y como somos medio maguitos y queríamos hacer un club y después salió esto de conjura. Es algo lindo porque entre nosotros decimos: “vamos al club”, en el grupo de wapp nos saludamos: “Hola conjuras”, es nuestra identidad.
 
Contacto:
Dirección: Nicasio Oroño 2476
Instagram: @club.conjura




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