OPINIÓN

"La Ciudad podría desdoblar las elecciones", por Werner Pertot

Luego de comprobar que no tiene los números seguros en la Legislatura por obra y acción de Karina Milei, Jorge Macri evalúa poner las elecciones locales en fecha separada de las nacionales. La crisis con la salida de Kravetz y el cambio de Grindetti.

El jefe de Gobierno, Jorge Macri, está evaluando desdoblar las elecciones porteñas, para que se elijan por separado los legisladores porteños de los diputados y senadores nacionales en 2025. Desde el Gobierno de la Ciudad me confirmaron que es “una posibilidad”, si bien la decisión –está claro- no está tomada. La consideración surge luego de una traumática sesión para aprobar el presupuesto en la que el oficialismo porteño vio como los bloques de Karina Milei y el sector de Patricia Bullrich le boicoteaban el Presupuesto 2025 al jefe de Gobierno y también el Código Urbanistico. Fue casi una declaración de guerra, que se suma a la guerra general que se está palpitando a nivel nacional entre Javier Milei y Mauricio Macri. En esa sesión, debieron terminar negociando con Ramiro Marra para salvar los trapos. Está claro que quieren sumar volumen en 2025 para no repetir la experiencia. No alcanzaron las 18 horas que tardó el PRO en aprobar su presupuesto local.

No alcanzaron los incontables cuartos intermedios a los que llamaron. Pilar Ramirez, la jefa del bloque de LLA bajo las órdenes de Karina Milei tenía instrucciones de rechazar todo.

También se fueron por las cloacas las reuniones de fines de noviembre y diciembre que tuvieron el (entonces) jefe de Gabinete, Néstor Grindetti, con Pilar Ramirez y otros funcionarios, como una mesa de negociación para destrabar todas las cuestiones pendientes, en especial el Presupuesto y el Código Urbanistico. Que son las que fueron a rechazar.

Las dos leyes salieron con lo justo: el Presupuesto con 31 votos positivos provenientes del oficialismo porteño, junto a los aliados de la UCR y Confianza Pública y una facción del bloque libertario encabezado por Ramiro Marra (que les facturó públicamente que le pedían su apoyo y los sometió a un circo de recortes y concenciones antes de dar el sí).

En contra, votaron Unión por la Patria, el Frente de Izquierda y los restantes integrantes de La Libertad Avanza alineados con Ramírez, sumados a Juan Pablo Arenaza, María Luisa González Estevarena y Silvia Imas, que si bien integran al oficialismo porteño responden directamente a Patricia Bullrich. Es todo un mapa de cómo está dividido el poder en la Ciudad entre las internas del PRO y las internas de Macri con Milei.

Ante cada iniciativa, Pilar Ramirez era tajante: “No se acompaña este proyecto”. Y sobre el Código Urbanistico, que Jorge Macri creía ya cerrado, fue peor: “No acompañamos un código urbano que no respeta la libertad y no promueve la inversión en toda la Ciudad. Queremos que sea el mercado quien determina qué negocios prosperan y cuáles no, no un burócrata municipal”.

Quizás por eso ahora en el PRO están reconsiderando de qué manera se van a dar las elecciones del año que viene. Está claro que para el macrismo pasó su época de oro en la que tenía holgadas mayorías en la Legislatura. Una derrota ante LLA en los comicios locales pondría en serio riesgo el resto del primer mandato de Jorge Macri e incluso generaría la pregunta sobre si puede llegar a un segundo, o si alguien violeta vendrá a disputarles lo que fue durante los últimos 20 años el bastión del PRO: la Ciudad de Buenos Aires.

La preocupación se huele en el aire en la sede de Parque Patricios y por eso comenzaron a analizar la posibilidad de separar las elecciones locales de las nacionales. De esa forma, evitarían cualquier “efecto arrastre” de la discusión nacional, donde Milei intentará polarizar con el kirchnerismo para borrar a los Macri del mapa electoral. E incluso su hermana, Karina, dio señales de que podría ser candidata en CABA.

Pero el dardo más directo a la gestión de Jorge Macri vino de Santiago Caputo. Operó sobre una conocida interna para quitarle un funcionario. Desde el comienzo de la gestión de Jorge Macri son conocidas las diferencias entre Waldo Wolff y su segundo, Diego Kravetz. Caputo le ofreció a Kravetz un lugar de conducción en la SIDE; y el dirigente, harto de las internas con el ministro de Seguridad porteño, decidió irse. Se lo comunicó al jefe de Gobierno en una conversación que no fue en los mejores términos.

Eso detonó un cambio de Gabinete que Jorge Macri tenía pensado anunciar más adelante. Anunció que Grindetti deja la jefatura de Gabinete para ocupar una secretaría que se ocupará de funciones más políticas de articulación con la Nación, las provincias y los municipios. Y que su reemplazante será el que hasta ahora era el jefe de Gabinete en las sombras: Gabriel Sánchez Zinny, un hombre de Mauricio Macri. De hecho, fue el ex presidente quien operó para que ocurriera ese primer cambio.

De esta forma, Jorge Macri se ocupó de resolver una segunda interna que existía en su gabinete: la de Grindetti con Zinny. Las constantes intromisiones de Zinny -fogoneadas por Macri, Mauricio- les habían traído más de un conflicto y complicaban la gestión con una suerte de doble comando. De esta forma, Mauricio obtiene lo que quería y a Grindetti no lo apartan de la gestión, sino que le dan una nueva función.

Son los primeros coletazos de una guerra que recién empieza.

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